Buenas Noches (Según escribo el presente) Dado que no posees contrincante aun y para que no pierdas la oportunidad/tiempo de realizar el examen, me he ofrecido a ser "Asistente" en el Examen, por lo cual me han asignado tu batalla.

Dicho lo anterior, sere tu adversario, haciendo uso de la siguiente ficha;

https://shinobichronicles.foroactivo.com.es/t711-ficha-del-gennin-npc#9113

Cualquier duda puedes contactarme por MP o por cualquier otro medio que se te ocurra y puedas comunicarte conmigo xD.

Suerte en el combate y espero que te diviertas.

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El mundo era un lugar sumamente hermoso gracias a tenerme en el, es decir, era obvio que mi belleza sobresaltaba no solo a la media, sino incluso dentro de la élite. Mi sola presencia en esta tierra brindaba esperanza a los más desvalidos, la existencia de alguien de mi calibre era cual primer atisbo de llama en la era de piedra cuando los hombres por obra de Prometeo o por casualidad alguna descubriesen el fuego. Yo era su Sol, la expresión de lo puro, de lo hermoso, de lo grande. La idea de tener que avanzar unos 150 metros para alcanzar no a mi adversario sino el punto de inicio, que por si fuese poco, estaba a 100 metros del susodicho desgraciado hijo de una madre probablemente enamorada de mi y con fervientes deseos de tenerme como su criatura, que se enfrentaría a mi. Era imposible utilizar carruajes, caballos o algún vehículo para transportarse a la zona -Así es, pregunte- básicamente estaba a mi suerte y debía enfrentarme al Rey Astro en una batalla sobre cual brillaba más -yo por su puesto, más el cabrón era caliente- para no elaborar demasiado sobre lo mismo, sudé.

Sudé como puerco en competencia de rancheros siendo perseguido en el lodo seco por un grupo de hombres de tercera edad tratando de ganarse el amor de una viuda decrepita que solo ansia tener hombres en su desván, si su desván, para bajarlos cada vez que tuviera deseos de jovenzuela. En fin, sudé y lo detestaba más mientras avance recordé que al secarse, todo agradeciendo al pañuelo de lino que poseía en mi bolsillo trasero izquierdo, mi rostro se vería mucho más atractivo, aunque fuese un efecto de los sucesos, necesitaría lavarme por lo que el combate no podía extenderse demasiado y si aquel sujeto o sujeta, hombre o mujer, niño o niña, me hacía volver a sudar no solo se ganaría mi eterno despreció sino que sufriría toda la furia que podía emanar desde mis más profundas entrañas. Mis pasos eran rápidamente lentos, la velocidad a la que me movía era perfectamente irregular dado que necesitaba entre recibir el suave roce de la brisa del lugar que ocupaba y esconder mi ser de la furia de la estrella padre.

150 metros, el viaje se hizo tedioso, lo sentí innecesario, obviamente un mal planeamiento por parte de los encargados del examen sin embargo, necesario para determinar la habilidad incluso básica de "andar" de los shinobis que evaluaban. Si bien estuve quejándome todo el tiempo e intentando ser menos afectado por los rayos UV, mientras avance pude notar como el campo había sido preparado tan solo para aquel propósito, nuestro enfrentamiento, no había criatura con vida en mi tramo, solo yo y el viento que representaba a la naturaleza, eso implicaba la ausencia de agua de mi lado, al menos en la parte superior. La cantidad de hierba buena, dejaba a entender que una corriente navegaba bajo mis pies y que alimentaba a la estructura rocosa, quizás incluso más de ahí. Yo en definitiva era un partido, hermoso en sobremanera, brillante, un genio entre genios, descendiente de uno de los clanes con mayor renombre, el solo susurro de mis labios era suficiente para cambiar la historia, quien ha de imaginar que poderes obtendría al elevar mi estatus de "Novato", de "Gennin" a uno mucho superior, a un "Líder" de primer nivel, quizás el solo respiro de mis pulmones fuese suficiente para detener legiones, era lo menos que podía suceder, después de todo yo era Uchiha Len.

Mi arribo a los 150 metros fue eventual, estaba cansado, mis pies me molestaban por lo irregular del terreno, me senté sobre una roca plana, casi aparentaba ser un asiento, literalmente pensé que lo habían colocado por conocerme bien y sabiendo que desearía descansar, se apiadaron de mi alma, y así lo hice, me senté y removí mis zapatos para reposar mis pies al aire libre. Si mi adversario no se había movido, según las reglas estaríamos a unos 100 metros de distancia y pasado cierto tiempo, empezaríamos a buscarnos. Considerando mi lentitud, tal vez mi contrario ya me buscaba y era posible que se hallase tan cercano como mi sombra, me importaba poco eso, pose mis pies sobre el césped verde y disfrute de la paz antes de la tormenta.

El tiempo transcurría lento, demasiado para mi gusto por lo que vestí mis pies y active mi sharingan. No deseaba tener que esforzarme pero siempre he escuchado decir de personas mayores que un poco de esfuerzo para poder descansar siempre era requerido, así que tome eso como valido para aquel momento y día. Mis ojos carmesí hacían perfecto contraste con los rayos del Sol, mi piel blanquecina brillaba cual perla recién lavada y mis labios dejaban salir entre ellos un respiro, la distancia entre mi contrario y yo era bastante amplia dado que aun no nos habíamos visto pero siguiendo los lineamientos del examen, todo sucedería en linea recta, si el era un poco brillante trataría de tomar un movimiento curvo más eso tan solo lo haría perder más tiempo y más energías, la preparación de trampas era igual de viable ¿más como asegurar que caería en ellas? En resumen, lo mejor era visualizar al contrario y hacerse una idea de quien era y que podía hacer. Por mi parte demostraría mi clara superioridad al dejar ver mi Sharingan, eso quizás haría que mi oponente orinara sus pantalones y se saliese del examen, ergo, yo podía descansar hasta el cansancio.

Concentre chakra en mis pies para movilizarme mucho más rápido, era sencillo hacerlo, no había una ciencia avanzada allí, por lo que un metro rápidamente se transformo en diez, diez en instantes fueron veinte, veinte se convirtieron en treinta y así sucesivamente hasta que aproximadamente 60 metros fueron recorridos por mi, a la distancia, unos 20 metros o menos, un sujeto concentrando chakra en todo su cuerpo caminaba hacía mi posición, me detuve pero más que eso, me senté en la grama con mi Dojutsu activo y hable hacía el sujeto. -No deseo alargar este enfrentamiento, te daré la opción de marcharte por donde viniste y llevarte tu vida contigo- Era una propuesta aceptable, mi superioridad era clara en todo momento, en especial tomando en consideración el clan al que pertenecía, Clan cuya fama le precedía.

Jutsus:

Al parecer ni mis palabras ni mis ojos le molestaban o generaban una respuesta utópica en mi contrario, eso implicaba que tendría que pelear contra aquel individuo así que rápidamente me puse en actitud de combate, sin esperar demasiado y dado que tenia la ventaja de hallarme sentado por lo cual mis mano fácilmente podían ocultarse tras mi cuerpo, saque un pergamino de mi pequeña mochila y active el sello en el mismo liberando una inmensa cantidad de armas, para ser más preciso, Shuurikens, el numero era ciertamente elevado más nada exagerado, se trataban de 15 estrellas que con una habilidad típica de los uchiha fueron lanzados contra mi enemigo. Si la fama de mi clan realmente me precedía, el muchacho podía pensar que había una trampa en aquel lanzamiento y reaccionar acorde, si la fama de mi clan no me precedía, el chico podía actuar de manera convencional sin darse cuenta del verdadero motivo de aquel ataque, y si por el contrario, la fama de mi clan si me precedía y aun así el sujeto no tenía miedo, entonces su reacción revelaría todo sin lugar a dudas.

El movimiento fue sumamente sencillo, sacando el pergamino de mi pequeña mochila, activando el sello y manteniendo las armas en mi espalda donde no serían detectadas por mi contrario, recolecte un total de 15 estrellas ninjas y las arroje de forma sistemática para cubrir un rango de 6 metros lineales  tomando de punto centro la posición actual de mi adversario. Las 15 shuurikens llevaban consigo una misión, mi posición no había cambiado pero mis ojos se mantenían atentos a cualquier movimiento o acción de mi oponente, hasta ahora sabía que había preparado una técnica -Tal vez de tierra- por lo que me mantenía alerta. Aun así, permanecía ya no sentado, sino agachado en la misma posición que tuve anteriormente.

Jutsus: