Asesino en serie [Misión Rango C] ''Pasado''

Tema: Asesino en serie [Misión Rango C] ''Pasado'' Sáb Feb 28, 2015 5:37 pm

Como otro de tantos, este día también se dejaba ver entre los primeros rayos de sol difuminados por las nubes y la lluvia del lugar. El tiempo no cambiaba aquí, siempre llovía, sin parar y sin embargo seguía habiendo niebla espesa por todas partes, algo un tanto misterioso. Como ya es sabido, tras despertarme y nutrirme un poco, todas las mañanas salia a dar una vuelta sin importarme la lluvia, los truenos, el viento o lo que fuera, nada ni nadie impediría dar dicho paseo matutino. Esta vez, por variaciones de la ruta que realizaba desde el principio, es decir, desde que estaba en esta villa, me dirigía hacia el puerto más grande que había visto en todos mis viajes en otras aldeas y villas. Era un puerto entre comercial y privado. La mayoría del mismo era para viajeros entre las islas pertenecientes a esta aldea, aunque hubiera otros que viajaban mucho más lejos, más allá del horizonte. Al momento de entrar se podía ole el fuerte olor a agua salada que desprendía el mar, además del mismo de los peces pescados por los mercaderes para alimentar a sus familias y venderlos al mejor postor de la aldea. Sea como fuere seguí avanzando por los tablones de madera, tranquilamente, viendo el amanecer en la lejanía, o lo que dejaban ver las nubes que rodeaban todo el territorio. Se respiraba un ambiente un tanto tenso, al parecer, se rumoreaba que por la zona se encontraba el asesino en serie, aquél que cortaba la oreja a sus víctimas. Preguntando a uno de tantos pescadores, lo único que pudo afirmar con certeza era que en varias ocasiones una tanda de pescado completa se había echado a perder por restos humanos. El tamaño de los mismos era reducido, dado que los peces probaban los mismos. Lo único que podía deducir de eso era simple, el asesino andaba cerca de la zona, ya que los asesinatos, sonados por toda la aldea, se acontecían en la parte central y no en la costa.

Estaba empezando a ser más conocido, dado que cuando me quise dar cuenta, un ave mensajera se posó en mi hombro con una nota para mí. Se la quité con cuidado y leí dicho mensaje, el asesino se encontraba cerca, en el muelle abandonado al oeste de la ciudad. De un suspiro doble la nota y me la guardé, haciendo que el animal regresara a realizar sus labores. Sin importarme mucho la velocidad con la que debería realizar el asunto, fui a mi ritmo hasta llegar al muelle antes mencionado. No había nada ni nadie, estaba completamente vacío. En el mensaje indicaba expresamente que se encontraba en la bodega 14 y que no podía ajusticiarlo, sino que debía capturarlo con vida. No indicaba nada más, solo eso, así que podía maltratarlo tanto como quisiera. Antes de seguir avanzando, hice uso de mis habilidades para buscar la presencia de alguien más a parte del asesino, que al parecer estaba solo y recostado, o eso podía sentir. Como no necesitaba ir ocultándome, ya que sabía donde estaba y cuantos eran, fui raudo, sin hacer ruido eso sí, hasta la bodega 14. Era de suponer que allí habría trampas, sobre todo por el suelo y paredes. Seguramente sería difícil pasar, si no fuera por mis habilidades, las cuales me permitían simplemente sobrevolar el suelo, impidiendo activar cualquier trampa de presión, como sellos explosivos y similares. Con cuidado, fui flotando al interior de aquella bodega, que en sí, estaba repleta de insectos y ratas, un lugar inmundo para una persona inmunda. Me acercaba a la posición del sujeto, el cual ya no se encontraba en la posición anterior, sino que había cambiado de lugar dentro de la bodega y ahora estaba en pie, haciendo lo que fuera que estuviese haciendo. Como por arte de magia, mi cuerpo empezó a deshacerse en papeles, no por completo, solo mi ropaje para no perder movilidad. Evitando todas las trampas, visibles los hilos de las mismas sólo en ciertos ángulos, aunque todas muy obvias. Parecía que el asesino no fuera siquiera una persona con habilidades ocultas, simplemente sabía esconderse y conocía los patrones de la gente que lo buscaba para evitar a todo el mundo. Al final pude llegar a la puerta de la habitación en la que el muchacho, sí, un simple muchacho de no más de veinte años era un asesino en serie escurridizo, se encontraba creando una especie de bomba, con sellos explosivos y clavos, además de preparando sus armas para el siguiente golpe. Si hubiera tenido alguna habilidad más, como la capacidad de sentir a los que no percibe por los sentidos, me hubiera visto en un abrir y cerrar de ojos, pues no es que estuviera intentando ocultar mi presencia de forma muy activa. Mis silenciosos papeles pasaron a la habitación y se colocaron justo detrás del sujeto, formando una sobra con su espalda. De un momento a otro, estos pasaron de estar a su espalda, a encontrarse tapando todos sus orificios, boca, nariz y ojos también. Intentó zafarse de estos, pero más llegaron para retener sus brazos a su espalda. El papel de la boca dejó un orificio por el que pudiera respirar, ya que no me permitían matarlo. Atado, prácticamente sin sentidos, sólo podía escuchar una fuerte voz. Estás acabado. Como si de una cuchilla se tratase, algo arrasó con la oreja del chico, recibiendo el mismo castigo que sus víctimas, aunque no podía acabar con él, el cual sería el verdadero merecido. Ahora sólo se podían escuchar sus gritos de dolor. Sin importar su intento de oposición, lo saqué del lugar... pasando por todas sus trampas. La primera, una en la misma habitación, una potente descarga eléctrica, dado que no mantenía contacto con él no me afectaba, los papeles hacían el trabajo de empuje. La segunda, una trampa cableada de kunai lanzados a gran velocidad, clavándose en las costillas y rompiendo alguna. Una tercera, igualmente cableada, un sello explosivo que literalmente hizo añicos lo que era la parte posterior de su pie. Y una cuarta, más kunai que se le clavaron en la espalda, esa por poco me golpea a mi. Por fin llegamos al exterior de aquella bodega y el estado del sujeto no era muy agradable, sangrando por todas partes y con un pie prácticamente perdido, daba lo mismo que gritara, lo llevaría al lugar que le tocaba, la prisión de la aldea de la niebla, conocida por sus fuertes "remedios" contra asesinos y violadores. Tardamos algo más de una hora en llegar a la misma, estaba apartada de la civilización y al paso que podía ir el asesino era normal tanta tardanza. Dentro de la misma, simplemente se lo dejé a los guardias del lugar, que sin una palabra por el estado del sujeto, lo llevaron a su nuevo hogar mientras yo volvía a mí mismo y retornaba mi paseo, ya siendo medio día...

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