Acarlight
Avanzado
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| Tema: Laboratorio del Hokage. Mar Feb 24, 2015 2:43 am | |
| El ascensor continuaba descendiendo a través de las profundas instalaciones subterráneas, la luz del ascensor se tornaba verdosa cada vez que pasa un piso. Toda el área estaba dedicada a la investigación de células y organismos, ADN y el cuerpo humano y ahí en sus largos pasillos y habitaciones se reunían los científicos y médicos más brillantes del país del fuego. No era una sección que descansará, siempre se encontraba operativa las veinticuatro horas del día, las instalaciones estaban diseñadas para la vivienda de los trabajadores de dos turnos, de las doce de la noche a las a doce del día y de las doce del día a las doce de la noches, los científicos y médicos trabajan exhaustivamente para cumplir con las demandas del mandatario de la aldea. Las especificaciones del Hokage solicitaban un ascensor que conectará directamente a su oficina. Por obvias razones, solo él estaba consciente del lugar de acceso escondido del ascensor, nadie más poseía aquel conocimiento puesto que se sellaron los recuerdos de los constructores por medio del senjutsu, para que aquel que fuera el único consciente de todos sus secretos, fuera el Hokage en turno. Todo recuerdo de las construcciones subterráneas del alcázar de Konoha había sido eliminado y solo el Hokage y sus subordinados del sector conocían tal secreto. Se habían construido diferentes puntos de acceso alrededor de todo el alcázar, escondidos ahí entre sus pasillos y sus muros, pero el ascensor del Hokage era el único que llevaba a una habitación única. Solo a través que aquel conducto se era capaz de llegar a su recinto oculto.
Las puertas se abrieron de par en par, Shiva comenzó a salir del ascensor a paso tranquilo, sostenía una pipa con cannabis sativa en la mano izquierda, la cuál se llevaba a la boca constantemente buscando el placer personal. El peli-purpura se adentró en la habitación dejando un rastro de humo ahí por donde pasaba. Al lugar no le faltaban ni le sobraban lujos, el lugar se encontraba bien acondicionado a las especificaciones del Hokage, el lugar contaba con baño y ducha propios, una pequeña cocina siempre bien aprovisionada e inclusive el lugar contaba con una habitación con cama para aquellas noches que Shiva pasaba en vela. La habitación principal era lo más exuberante de todo. Era un gran salon lleno de artilugios y objetos todos con un propósito en específico, todos seleccionados especialmente por el Kaguya. Del lado derecho había una mesa de disección y toda clase de objetos quirúrgicos, en su misma área también se encontraba todo tipo de químicos, sustancias y medicamentos. Del lado izquierdo, se encontraba su escritorio, sus estantes y aún más libros de los que tenía en el despacho, toda la sección se desbordaba de documentos, investigaciones, libros y anotaciones, el fruto de toda una vida y el probable legado personal de Shiva a aquel que se hiciera llamar Nidaime si es que la aldea sobreviviera para ver aquello.
El Hokage continuó su camino, en línea recta sin miramientos ni distracciones, recorriendo la sala dejando un rastro de olor y humo, ahí al fondo de la habitación se encontraba la parte más importante de todas. Toda clase de artilugios y maquinarías con él propósito de la manipulación del AND y el control de sustancias corporales. Justo en el tope de todo aquello se hallaban tres grandes contenedores, ocultando su contenido por medio de un mecanismo que encerraba a los contenedores en una placa de acero. El Hokage se acercó al que se encontraba en medio y presiono un botón que se encontraba en un panel en frente de los contenedores. Los contenedores abrieron sus cortinas de placas y acero para dejar observar horribles especímenes insecto más sin embargo el más especial era el que se encontraba en el centro. Con la activación de otros botones el líquido químico en él que se hallaba conservado el espécimen fue drenado y este mismo, colocado en la mesa de operación. El proceso fue largo y complicado, más sin embargo para un médico del nivel del Hokage, aquello era como un juego de niños, los minutos se hicieron horas y con el efecto de la cannabis por encima el tiempo paso de forma casi imperceptible, el proceso finalmente había terminado, después de todo el proceso pocos residuos quedaban del espécimen y sobre la mesa se encontraban posados dos frascos llenos al tope de un líquido color purpúreo.
1er Veneno, dos dosis. Rango avanzado. |
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