Es un hombre extremadamente serio, disciplinado. Es un gran soldado si de obedecer ordenes se trata. Nunca va contra la corriente sino que hace lo que se debe hacer, siendo justo en muchas ocasiones pero muy cruel en otras. El trabajo de ninja es un trabajo perfecto para él, no le importa de que se trate la misión, el siempre la cumple, aunque implique varias muertes inocentes en el proceso. Fue criado como un soldado y es un soldado. Cuando tuvo la oportunidad de dejar de obedecer lineas de mando y pudo disponer de su vida a placer, encontró la forma de continuar con la vida de un soldado, dándose misiones a si mismo y cumpliendo siempre con ellas. Jamas rompe una promesa y si dice que hará algo, lo hace sin importar que.

Al ser criado como un soldado tiene hábitos de soldado. Su voz es gruesa y firme; parece que siempre da ordenes o las recibe de esa forma. Es cruel cuando hay que serlo y dúctil cuando hay la oportunidad. Ha sido para la aldea, un Shinobi perfecto, obedece cualquier orden y su increíble destreza le hacen un hombre de temer.

Estatura de 1,95 metros de alto. Cabello largo de color negro, piel blanca y extremada corpulencia. 65 es un hombre a simple vista fuerte, rígido y grande. Su extrema corpulencia y tamaño dan a entender a cualquiera que nació para la lucha. Aparte de su contextura física, su largo cabello parece ser lo que mas cuida 65, acomodándolo constantemente para que no cubra su rostro, a pesar de que normalmente recaen en ella dos mechones rebeldes.

Su vestimenta es extraña para la época y mucho mas compleja para la lucha. Siempre usa jeans (con algunos cortes en las rodillas), botas oscuras de color azul y una camiseta del mismo color que parece ser una o dos tallas menos, logrando que marquen su figura y dejen ver sus músculos. Usa una pañoleta naranja que siempre lleva colgada al cuello. Su cinturón tiene una chapa color oro en la que esta marcado el símbolo de su aldea, Konoha.

La raíz Anbu de Konoha. Es, sin lugar a dudas, el mejor campo de entrenamiento de todo el país del fuego. Este escuadrón a servicio del líder militar de la villa alberga a un gran número de Shinobis a quienes convierten en armas mortales. Diferente a los Anbu normales, quienes son seleccionados gracias a sus grandes capacidades físicas, mentales y líneas de sangre poderosas (en ocasiones meros prodigios), la raíz se encarga de forjar a sus ninjas desde la cuna. Los entrena, los orienta, los enseña, los forma como shinobis sin sentimientos los cuales sirven a la villa oculta entre las hojas para misiones ultra secretas y muy difíciles. Nadie sabe a ciencia cierta la forma en que la raíz moldea a sus ninjas, pero lo que se sabe es que los agrupa de a dos en dos, dejando que se conozcan durante toda su infancia, se protejan uno al otro y aprender a amarse. El examen final resulta ser asesinar al compañero, casi hermano, con el que se compartió prácticamente toda la vida. Desde luego, aquella actitud reprochable no era sabida por ningún ninja en la aldea que no perteneciera a la raíz; pero no era el peor de todos. En otras villas, por ejemplo, los exámenes de ascenso eran aún peores.

El demonio blanco, como sería conocido con el tiempo, fue criado y forjado como un ninja Anbu de la raíz. Sin embargo, no participo en el examen de ascenso tradicional. Él, junto con otros 99 ninjas, hizo parte de un experimento mucho más cruel, hizo parte de la mejor generación de los ninjas de la raíz. Preocupados por el bajo nivel que algunos de sus miembros habían conseguido con el examen tradicional luego de un par de misiones fracasadas, las directivas de la raíz decidieron “experimentar” con una nueva generación; una generación Anbu que se buscaba fuera la mejor. Pero no se hizo para formar a un grupo de ninjas poderosos, se hizo para conseguir un único y valioso soldado; el mejor de los mejores. El experimento consistía en formar a 100 niños desde pequeños como armas mortales, tal y como se haría tradicionalmente, solo que esta vez no los agruparon de a dos. Escogieron a los niños de los mejores clanes, con los mejores dones, la mejor sangre del país del fuego y de un par de países cercanos. El resultado fue un grupo sin igual de 61 Shinobis y 39 Kunoichis con el mejor futuro ninja; muchos de ellos separados de sus familias antes de cumplir los 3 años de edad. Entre ellos, uno de los últimos portadores del Kakkei Genkai Kaguya, un Clan extinto del país del agua famoso por su habilidad en el combate cuerpo a cuerpo y las ganas de matar a cualquiera que se atravesara en su camino. Los Kaguyan amaban las guerras… tal vez por eso el Clan se extinguió tan rápido.

En el lugar en donde fue criado el demonio blanco no daban nombres a los ninjas, les daban números; el del joven Kaguya: 65. Sin nombre o apellido, sin familia, sin amigos, sin vida. 65, así como el resto de jóvenes fueron entrenados desde los 3 años hasta los 20 para convertirse en los mejores shinobis de la historia de la villa oculta entre las hojas. A ninguno se le permitía hacer amistad con otro, su único propósito era la lucha, la estrategia… todas las habilidades ninja conocidas por el hombre. Desde un principio 65, junto con un puñado más de ninjas se destacó entre los demás, famosos por ser el único con un Kakkei Genkai extraño, diferente a cualquiera otro que los habitantes del país del fuego conocían. Él y una Kunoichi de número “51” perteneciente al Clan Uchiha fueron quienes se destacaron sobre los demás Shinobis. Ella y 65 formaron una especial relación. Para cuando la mayoría de los entrenados cumplió 20 años, el número se había reducido a 74. Los demás no resistieron el duro entrenamiento, muriendo en su mayoría luego de los primeros años. El examen final ahora tendría lugar.

Basados en una antigua tradición del país del agua, para cuando la aldea de la niebla era conocida como la aldea de la niebla sangrienta, los encargados de la raíz Anbu decidieron hacer un examen de ascenso en el que solo uno de los 74 finalistas lograría aprobar. Un todos contra todos. Fueron encerrados en el campo de entrenamiento conocido como el bosque de la muerte para matarse entre sí. Luego de siete días de lucha, 65, 51 y un puñado de otros habilidosos Shinobis quedaron en pie, siendo finalmente una batalla con 6 participantes. Exhaustos, hambrientos, lastimados y con pocas reservas de Chakra, al caer la noche solo quedaron tres. 51 y un joven Nara con número “11”, formaron alianza para acabar con 65. Pudieron acabarlo rápidamente si hubieran querido, pero ambos finalistas, amigos de toda la vida de 65 decidieron acabar con él de una forma diferente. 65 fue duramente torturado durante horas. Mientras era prisionero de la sombra de número 11, 51 quemo sus extremidades para derretir, literalmente, el duro calcio de los huesos Kaguya de 65. Afortunadamente para él, un Kaguya no necesita sus extremidades para luchar. En una muestra de dolor incalculable y destreza absoluta, 65 exploto en millones de estacas de hueso, asesinando a los dos últimos participantes, sus amigos, y destruyendo gran parte del bosque de la muerte. Para cuando despertó como ganador dos días después.

El resto de la historia, en comparación, peligra de ser aburrida. Al haberse convertido en el arma definitiva de la raíz Anbu de Konoha, paso poco tiempo para que fuera reconocido en la aldea como el demonio blanco, nombrado así porque su máscara anbu carecía de forma alguna, era toda blanca. Casi obligado por los ninjas restantes de la aldea tuvo que dejar su máscara y dejarse en descubierto, participando ahora como Shinobi activo de la aldea de la hoja. Fue desvinculado de la raíz y considerado por muchos como el Shinobi perfecto. Se encargaba de las misiones más complejas a órdenes directas del Hokage. Con el tiempo, se convirtió en uno de los ninjas más reconocidos de la aldea al completar todas y cada una de sus misiones sin ningún rasguño, incluso las de tipo A y S. Ante la reciente falta de líder en la villa oculta de las Hojas, el pueblo clama su nombre para convertirse en nuevo Hokage de la aldea.