रान्डिवू {Rendezvous}

Tema: रान्डिवू {Rendezvous} Mar Feb 17, 2015 2:19 am

{ R E N D E Z V O U S }
रान्डिवू - C H A P T E R - I - I N T E R M I S S I O N

LOS segundos corrían cada vez más lentos, jugando con el límite de la paciencia de Noro. El hombre de pelos grisáceos seguía sin aparecer, y él por su parte se negaba a aceptar una derrota tan temprana de su misión, una que había sido clara y que para las habilidades de él, era demasiado simple. Le enfurecía el tan solo pensar que quizá se le había colado entre los dedos. ¿Cómo podría regresar así?... No lo haría, no hasta localizarlo y descubrir el propósito de aquel bizarro acontecimiento en la Hoja.

La nube de vapor se posicionaba por encima de los riscos comunes del país del rayo, navegando por las corrientes de aires que fluían por la zona. Todas sus habilidades sensoriales estaban bien puestas en el chakra del sujeto, abarcando completamente su tope de diez kilómetros. Podía sentir miles de seres, pero no aquel que específicamente cazaba. De un momento a otro todo cambio. Con tan solo un minúsculo movimiento, Noro pesco su rastro actuando sin tan siquiera pensarlo, al puro hilo del impulso humano. Movió su cuerpo desvanecido a velocidades increíbles. Algo hervía en su sangre, un sentimiento de venganza inexistente que serviría como su único motivo para actuar. No lo dejaría escapar esta vez, costara lo que costara. El rastro lo llevó hasta los alrededores de la Aldea de la Nube cosa que le alarmó entre su furia, pues podía significar una amenaza para él si lo dejaba adentrarse a un lugar público. Alzó su velocidad hasta llegar a una distancia que consideraba prudente, detrás de minerales variados con tamaños colosales a unos 20m más adelante de su dirección. Deshizo el jutsu de vaporización y en un pequeño intervalo de segundos activó otro; su jugada empezaría ahora.

El corazón le latía con potencia ¿qué diablos hacía? se preguntó por un momento, pero era demasiado tarde para darle valor al razonamiento, la niebla corrosiva actuaría pronto. Ya no había marcha atrás. Una bola de emociones crecía interminablemente en su interior, apropiándose de él y sus acciones. Quizá era hora de dejar al monstruo salir, aquel que él mismo encadenaba por apariencia. Y es que estaban solos, como decirle no a esa bestia cuando nadie podía hacer nada al respecto. Ni una presencia a más de dos kilómetros. Nadie que lo detuviera, nadie que se entrometiera. Absolutamente nadie que fuera testigo de los escrúpulos deteriorados y sucios de Noro.

La luna brillaba en su estado completo sobre el lugar, proporcionando su luz a las criaturas nocturnas que salían de sus hogares. A veces soplaba el viento, cesando por minutos después de zarandear la vegetación seca e invernal. Los cabellos desatados en la frente de Noro bailaban hasta calmarse y regresar a su estado natural. El hombre se acercaba y al mismo tiempo el vapor comenzaba a llenar el campo, nublando un poco la vista e intercambiando la temperatura climática por una más alta causando derretir las delgadas capas de hielo en el piso y cualquier otro sólido líquido que llegase a tocar. Los ojos de Noro relumbraban especialmente rojos en esta ocasión y había en ellos una seguridad impenetrable, que así como podía ser buena también podría tener sus efectos negativos. Solo restaban segundos para el inevitable encuentro. - Queda poco... - Se repetía una y otra vez. - Queda poco… - Su cuerpo se retorcía de ansias, pidiendo y suplicando esa dosis de adrenalina, pero aún guardaba poco sentido y esperaría el momento indicado. - Un poco más….solo...un poco…-...... La presa estaba en su telaraña. Rápidamente brincó de su posición, cayéndole al hombre a 10 metros de su vista delantera sobre la copa de un árbol. La luz lunar rebotaba en la espalda de Noro, ocasionando que su parte frontal y rostro quedarán ocultos en sombras mientras los rayos de luz radiaban en su aura, dando un efecto casi bendito, así como si de un dios se tratase. Una pequeña ventisca papaloteo su cabellera recogida y gabardina, y en eso, giró su cabeza unos milímetros hacia la izquierda revelando a contraste los detalles de la mitad de su rostro incluyendo la peculiaridad de su ojo. - Hokage-sama es muy tarde para ir a dar un paseo. - Vociferó en completo sarcasmo pero con la voz tan calmada que aparentaba un comentario normal. Soltó una risa fingida, que contuvo en volumen ya que no abrió la boca pero aun así podía ser escuchada y por igual darle un efecto más tétrico. El vapor se expandió completamente llegando a sus anchas y haciéndose notar, pues el calor que emitía de por sí ya era obvio. - Regresemos a casa….Śiva. - Terminó la frase con agresividad. Extendió el brazo derecho hacia enfrente con la manga de la capa colgando, dejando salir de ella su mano en una posición abierta como si en realidad esperara ser acompañado. Finalmente en un pequeño desliz sonrió, meneando cada uno de los hilos que se enlazaban por sus labios.

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Tema: Re: रान्डिवू {Rendezvous} Mar Feb 17, 2015 3:45 am

El graznido de los cuervos perturba mi calma. El instinto animal es algo hermoso. Solo alguna perturbación podría irrumpir en un descanso cuyo mecanismo los somete. Definitivamente, en la umbra del bosque, algo se retorcía. Un asecho, que desafiante. En mi vida había sido escasas las oportunidades en las cuales la situación me demandaba presentarme como una presa. Cual ciervo indefenso de un lobo cazador. Instinto animal.
No esta en mi estilo permitir que nada se encuentre un paso delante de mi. Siento esa sensacion. Como una garra helada que desgarra mi retaguardia, un escalofríos recorre mi espalda, lenta y tajante. Cada musculo de mi cuerpo se tensó. El silencio perturba. Luego, ese olor. Hierro.
Hierro... Profundo. Intenso. Alarmante. Y delicioso.
Mi boca comienza a humedecer. Era definitivo.
Me preguntaba que tanto tardaría en develarse, de que forma, me encontraba alarmante ante cualquier sorpresa. Realmente imaginé que el testarudo de shiva mandaria a algun sujeto por mi, terco como animal. Pensé que esperaría a que hiciera mi trabajo sin interferir en el mismo. ¿Por que aquí? ... ¿Por qué ahora?
Las puertas de la aldea se encontraban a varios kilometros de distancia. Ningún guardia se divisaba en la proximidad. ¿Que se supone que debía hacer? La sensatez avisaba al plan de escape. Con esta apariencia podría solicitar ayuda en la guardia del país del rayo... De esta forma podria completar la tarea que Sterbern habia puesto bajo mi responsabilidad. Armar un teatro y drama era parte de mi especialidad.
Luego vino la sed.
Esa sed, incontrolable, insaciable, asesina. Esa sed que es casi un instinto, ya no era merecedor de llamarme un ser racional, pues abandoné toda sensatez. Ahora, solo era un animal mas, guiado por sus instintos. No moví un solo musculo de mi cuerpo, salvo para activar un pequeño jutsu especial, el cual me serviría mas adelante. Pero, mas temprano que tarde él llego. Su voz, tan seca y carente de alma, tan parecida a la mía. Sonreí - Casa eh... - Exclamé en silencio. Guardamos nuestras distancias. Si este sujeto había sido capaz de seguirme hasta aca quiere decir que posee unas extraordinarias habilidades sensoriales, por lo que; es mas que obvio que me encuentro al desnudo. Por otro lado, pudo haber atacado desde un punto muerto sin ser detectado. Tantas posibilidades y el decidió mostrarse ante mi, de una forma hipócrita y sarcástica. Blandiéndose de la burla al saber que me ha atrapado en mi propio juego. - Veo que has cumplido mis ordenes con plenitud jijiji- Digo mientras doy media vuelta, observándole de frente por primera vez. - Pero no es hora de jugar - Deshago mi técnica lentamente, dando media vuelta sobre el solido tronco del cual yacia parado firme, dejando visualizar mi rostro a aquel sujeto. Siento entonces el cambio en la temperatura, algún jutsu activo seguramente, no parecía toxico ni alarmante por los momentos. Saboreo mis labios mientras escupo - Que tal si dejamos el show de niños para otra oportunidad. - Al terminar estas palabras, de mis mangas negras brotaron dos docenas de kunais controlados con chakra, los cuales salieron disparadados hacia el sujeto, a diferencia de cuatro, que fueron arrojados a direcciones estratégicas, imposible de ver pues; 2 de ellos hicieron explosión en medio del viaje para despistar. En total 16 kunais se dirigían al mismo, mientras la nube de humo color oscuro intenso impedía visualizar lo que mis manos hacían. Sabia que era inutil esconderme, sin embargo; un elemento sorpresa jamás está de mas. La nube se expande rápidamente mientras espero la reacción del sujeto, apenas unos escasos metros nos separaban entre los arboles, a 15 metros del suelo.
Tanto tiempo había pasado... la adrenalina se aferra de mi cuerpo nuevamente. El polvo en mis huesos se disipa... y la bestia... escapa. El brillo esmeralda de mis ojos arde. El instinto animal... Los humanos tampoco escapamos de el.

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Jounin Ryous : 23500R Mensajes : 523 Fecha de inscripción : 26/12/2014

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रान्डिवू - C H A P T E R - II - N I Ñ O S

NORO dejó la fachada falsa y sarcástica caer, hundiéndose en su propia perversión. La sonrisa con la que recibió a su invitado se borró al escucharlo hablar, enmascarando a su cara con una expresión frívola y seria, amenazante en su mirada y hueco en su presencia. Se encontraba congelado en el tiempo, alerta a cada minúsculo movimiento que su rival decidiera tomar, esperando que en cualquier momento el primer ataque surgiera. Era uno con la naturaleza, ningún detalle estaba demás su radar como el simple andar de las hojas contra el viento, que se detenían a su última racha de vida por el invierno.

Observó la breve transformación ante sus ojos, viendo como el Shiva que conocía se perdía en una figura más descompuesta físicamente, que de alguna u otra forma le recordaba a sí mismo. Por otro lado el vapor hacía de las suyas, nublando la vista de ambos cada vez más cumpliendo el propósito de su activación. - ¿De niños? Mitra. - Susurró lamiendo la resequedad en sus labios, sintiendo ese animal en su interior crecer cada vez más; ese instinto depredador que no lo abandonaría hasta obtener a su objetivo. Y fue en ese momento que el hombre decidió actuar de forma simple pero segura. Una ráfaga de humo rápidamente consumió el campo, apoderándose del área en conjunto con el vapor. Lamentablemente en ese juego solo habría un perdedor y ese no sería Noro. Sonrió envuelto en soberbia e inquietud, a pesar de mantenerse inmóvil en la misma posición de su aparición. Los kunai impactaron en el, o eso parecía, pero en realidad lo habían atravesado como si nada, así como si su cuerpo fuese meramente aire, explotando en el terreno a varios metros de distancia. Aprovecho el humo para ocultar lo que había sucedido, activando un jutsu propio que instantáneamente tomó forma en un chorro de agua a presión que salió de la boca de Noro y fue disparada directamente al hombre a quien nunca dejó de seguir dentro de la humada. Estaba cien porciento seguro de que se trataba de él pues no había presencia de chakra fuera del mismo. El agua destrozó varios árboles y creó un rió de destrucción masiva donde cualquiera envuelto en el pudiese sufrir heridas por el escombro. La neblina había terminado de espesarse, dejando el campo envuelto en ella y cegando a su oponente incluso al disiparse el humo de las explosiones. - No es tan fácil. - Gritó provocando un eco por el bosque. Su sombra hacía donde mismo, intacto y sin herida protegido por el calor de su capa. A pesar de su tiempo bajo los efectos del vapor, estaba sudando. - Veamos, como sería bueno torturarte. - Dijo a voz alta formulando varias situaciones extremadamente gráficas en su mente.

Tomó un paso al frente dejándose caer al vacío rectamente hasta llegar a la seguridad del suelo. La naturaleza seca estaba humedecida, efecto del vapor sobre las capas de hielo. Algunas zonas se encontraban encendidas aumentando el calor aún más. Noro caminó por el bosque sin prisa, atento a la posición de su oponente. Se ocultó detrás del tronco de un árbol con intención de iniciar los juegos mentales. Quería saber qué tan apto era y lo confundiría en cuestión de su lugar. Una risa malévola se proyectó por cada espacio del bosque, cada onda de sonido rebotando con cada masa que encontrara. Al mismo tiempo algunos sonidos extraños podían escucharse, como si se tratara de un conjuro o simplemente una oración, meros murmullos que no podían descifrarse. Este apenas era el principio y Noro no tenía la intención de terminarlo tempranamente, disfrutaría de cada gota de sangre derramada incluso si eran suyas.

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Tema: Re: रान्डिवू {Rendezvous} Vie Mar 06, 2015 3:20 am

Una gota de sudor precipita desde mi frente. No esperaba que un simple truco infantil pudiera siquiera hacerle daño al objetivo. No era tan iluso y confiado. El propósito del mismo era uno mas divertido. Mi boca se reseca, producto de la adrenalina. No tardé en percatarme de la extraña capa de vapor que nos rodeaba, lentamente se hacia cada vez mas densa. En mis años de experiencia había visto este tipo de técnicas solo una vez, esto solo podría significar mas emoción. Aunque, incapaz de verificar siquiera el impacto de alguno de los 16 Kunais, me limite simplemente a que estos hicieran su trabajo principal. Escucho un crujir de madera estallar casi inmediatamente. Sonrío. Dejo caer mi cuerpo al vació tras ejecutar una serie de sellos. El impacto acuático paso por encima de mi, debido al angulo de inclinación.

Todo resultaba ideal. Mi cuerpo jamas toco superficie pues, como en un clavado olímpico, atravesó las rocas como si se tratara de agua, introduciéndose en ella, permaneciendo dos escaso metro por debajo de la superficie, seguramente las habilidades rastreras del sadico detectarian esta jugarreta imposible de ver a simple vista, sin embargo, esa era mi intención. Dentro, decidí dar por sentado mi siguiente movimiento casi instantáneamente, pues gracias a la barrera que habia activado al momento de lanzar los Kunais, me pude percatar de cada uno de los movimientos de mi enemigo, quien ahora se encontraba en la superficie terrestre. Mientras él andaba, Unas pequeñas raíces, silenciosas, imperceptibles, sujetaron los tobillos de aquel personaje, inmovilizando su escape, mientras una de mayor tamaño, lo interceptó por la retaguardia, empalando al mismo desde su espalda atravesando su caja toráxica. Chorros de sangre fueron expulsados. Algunas gotas cayeron sobre mi rostro, el cual poco a poco sobresalía de las rocas mientras realizaba sellos de mano, hasta darme al descubierto enfrente de el. -Que lastima que tus habilidades no te sirvan de mucho ahora...- Digo, mientras una segunda raiz, esta mas delgada, abraza el cuello del hombre, intentando ahora asfixiarlo. - No decepciones mi juego, no mueras tan deprisa.... VAMOS- Exclamo de euforia, mientras las raices sujetan cada vez mas fuerte su delgado cuerpo, al punto de sangrar en tobillos y cuello. A 2 metros de distancia, observo su cuerpo retorcerse del dolor, mientras me percato que no exista ningun movimiento sospechoso dentro de la barrera sensorial.

Jutsus

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Tema: Re: रान्डिवू {Rendezvous} Lun Mar 16, 2015 11:01 pm

Los segundos pasaron. El vapor en el aire se disipó lentamente. El momento casi instantaneamente se hicieron minutos. Y nada pasó. Verdaderamente decepcionante. Observo con recelo el cuerpo empalado. Justo en frente de mi, a unos escasos metros de distancia. *Realmente pensé que darias batalla sujeto de la hoja.* Me quito mi sombrero, sacudiendo un poco mi cabellera. Aun tenia esa sangre sobre mi rostro y ropa. Con un pequeño pedazo de tela quito los excesos, guardandola en mi bolsillo.
El sujeto yacía alli, con las fauces abiertas, era extraño. Por sus heridas corrian grandes cantidades de sangre, por litros. Sin embargo no le di mayor importancia. Ejecute un sello de mano, lo cual provoco que pilares de madera rodearan mi cuerpo, volviendo a transformar mi cuerpo en el de Shiva. *Terminemos esto* Pienso, mientras mi cuerpo se introduce nuevamente entre las rocas, descendiendo, desapareciendo por completo.

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{ R E N D E Z V O U S }
रान्डिवू - C H A P T E R - III - D E A T H

LAS ondas de aire hacían de las suyas en ese breve momento de silencio tras haber activado el jutsu de ventriloquia. El aire susurraba en su oído mientras que las hojas en movimiento chiflaban en unísono brindando un instante de serenidad a lo que pronto se convertiría en un sangriento encuentro. Si esta fuese otra ocasión, Noro no dudaría en meditar bajo los encantos de la naturaleza, pero por ahora solo apreciaría esos pocos segundos restantes antes de caer en lo que sería el más grande error de su vida.

Había sido tan fácil detectar la posición de escondite de su oponente, e incluso le fue aún más percibir el movimiento de chakra entre el escombro de ramas. Escapar era pan comido, pero ideó una prueba arriesgada en el furor del momento. Porque irse por la ruta fácil cuando podía ser más entretenido. ¿Qué tal si le daba a su presa un espectáculo? No solo por diversión, sino para probar su propio ingenio. Vivía por situaciones como estas, un hombre sin familia, sin vínculos, lazos o compromisos importantes que cayeran en sus hombros. Podía darse el lujo de poner su vida al hilo de la muerte. Era un alma sin importancia que no sería extrañada por nadie en caso de desaparecer. Él había sido creado para el combate, no tenía otro propósito en la vida más que matar y servirle a los dioses, todo lo restante estaba demás y su condición con la aldea ya no tenía valor alguno.

Las ramas comenzaron a hacer ruido, moviéndose como serpientes entre la frondosidad del bosque. Noro se plantó en su mismo lugar, inmóvil pero inquieto por dentro, al igual que un niño esperando ser sorprendido. Inhaló aire lentamente, probando en su lengua el sabor agrio de la contaminación del vapor, mezclada con aquella del incendio que había consumido parte del campo. Entrelazó los dedos de ambas manos, cerrando los ojos y murmurando algunas frases entre dientes que no poseían sentido, al menos para el humano común.

"Om Trayambhakam Yahamahe, Sugandim Puchti Vardanam, Urvarukmiva Bandanan, Mrityor Mukchiya Mamritat"

Repetía la misma oración seguidamente forzando el movimiento acelerado de los hilos que cubrían sus labios. Sus sentidos agudizados podían casi palpar el movimiento de chakra y su cuerpo estaba más que preparado para el impacto que recibiría. Lo que parecía ser minutos en realidad eran segundos, pues las ramas demoraron poco en finalizar su emboscada. Un único tallo se ensartó en su espalda a velocidad, ocasionando que su cuerpo se sacudiera hacia enfrente, liberando la cola de caballo que poseía y desprendiendo cada cabello, propulsándolos a crear una corona en su cabeza antes de caer por la gravedad. Sin darse cuenta ya se encontraba totalmente amarrado, preso por los troncos de madera que recorrían su cuerpo de manera reptiliana. Su cuerpo expulsaba cantidades de sangre exageradas, no comunes para el tipo de herida que los tallos generaron. La presión de ellos aumentaba, así como sería ser la presa de un pitón. La cabeza de Noro cayó hacia abajo, cubierta enteramente por la larga cabellera negra que poseía. Sintió al individuo llegar a él, pero no le tomo importancia a sus palabras, percatándose de como otra rama se apoderaba de su cuello. Noro nunca se movió, quedándose postrado en aquella escena escalofriante, donde era la víctima de lo que cualquiera llamaría una muerte segura. Chorros de sangre eran liberados de las aberturas en su piel, donde la madera llegó a rasgar profundamente. Los minutos pasaban y no había movimiento por parte de ambos, incluso el vapor que activó Noro se disipaba. El hombre finalmente decidió que era su victoria, transformandose una vez más en el Hokage y abandonó el lugar. Sin embargo, no podía estar más alejado de la verdad.

Noro empezó a reírse silenciosamente, creciendo su voz en un crescendo hasta emitir su voz lo suficientemente alto como para crear un eco por el bosque; era seguro que lo escucharía. Sin mover un dedo, realizar un sello o activar una técnica, abandonó las ramas, liberándose así como si las hubiese simplemente traspasado. Estas al sentir su vació ocasionaron más presión hasta juntarse y formar un nudo entre sí. Él por su parte cayó a la cama de hojas que estaban en el suelo, caminando lentamente con dirección al sujeto aun revestido por sus pelos, siendo solo visible su ojo izquierdo el cual se asomaba de entre ellos. - Dōsta….Dōsta…. - Murmuraba entre risas, sin darse cuenta que aquella jugada, aunque resultó exitosa, había sido un desacierto.

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Tema: Re: रान्डिवू {Rendezvous} Dom Abr 05, 2015 6:06 pm

La corriente de aire soplaba. Abanicó algunas hojas en forma de circulo, danzando por doquier. Había observado aquel espectáculo de habilidad nata, seguramente de alguna linea sucesoria que por desgracia desconocía por completo. Advertí que esto sucederia, pues su chakra nunca desaparecio de mi barrera, por lo qué, en un astuto movimiento introduje mi ser dentro de placas tectonicas. Aunque claro, él seguramente ya lo habría calculado. Los astros se alineaban a mi favor. -Oh Jashin. Si tan solo pudieras encarnar en este mundo terrenal y observar con tus propios ojos lo que acabo de encontrar.- Exclamó.

Mientras él deambulaba sobre el campo de piedra y pasto. Yo comencé a emerger de entre las rocas, primero las manos, luego la cabeza, finalizando por el torso y las piernas. Me coloqué de pie. Ahora me encontraba frente a frente, sin embargo, mi serenidad era absolutamente visible. -Pero, oh Jashin... En tu nombre haré valer nuestro pacto.- Continué. No habia nada mas que tension entre el sujeto y yo. Abandoné nuevamente aquel disfraz, para enseñarle al sujeto algunas de mis habilidades. -Shinobi de Konoha. Como tu nuevo amo, he de ordenarte que me acompañes a esta mision.- Exclamó en tono sarcastico. Era evidente que ambos sabiamos la verdad, sin embargo, mi cinismo tenia una explicacion logica. -De lo contrario....- Levanté un brazo, y enérgicamente tomé mi guadaña que descansa en mi espalda. Activé su mecanismo oculto, disparando el puñal del fondo en linea recta hacia el individuo. La trayectoria del mismo advirtió que el no era el blanco, aunque si paso a escasos centímetros de su cabeza. Nuestros ojos se cruzaron. El cable se tensó, y en un astuto movimiento regrese el puñal al origen, al mismo tiempo que, con la ayuda de un kunai, dejé caer gran cantidad de mi sangre al piso. Como una danza, bien elaborada y coordinada, logre dibujar con la ayuda de mis pies y la guadaña un extraño simbolo en el suelo. -Veras... si te rehusas a cooperar con tu superior Shinobi sangriento...- Digo las palabra sal son de un vaiven de movimientos articulados para finalizar el ritual. Él se mantuvo inmovil. Lleve el puñal a mis labios, habia regresado imbuido con sangre de una gacela del bosque.

Saboreé el nectar animal. Mi apariencia habia cambiado por completo, mi piel se torno color petroleo, y con marcas plomo y hueso, dando una apariencia esqueletica y amenazante. - Si sientes la necesidad de sublevar tu incredula superioridad ante mi, si tan solo piensas en traicionar a tu amo.. Shinobi, tu destino será...- Una gacela, apenas herida sale el bosque y se atraviesa entre nuestros ambos cuerpos. Clavé un kunai en mi pecho, provocando que la gacela cayera sin vida ante los ojos de mi enemigo. Cada fibra de mi cuerpo se activo en un estallido de adrenalina. - ¡LA MUERTE! GYAHAAJAHAHHAHAHA - Estalle en euforia y regocijo. Carcajadas y alaridos de excitacion. Mientras las ramas que anteriormente habían intentado estrangular al Shinobi de la hoja, se encontraban alredor de mi. Impregnadas en sangre... Su sangre. - Entiendes ahora cierto.... Sabes lo que te conviene, Amigo Sangriento... No puedes rehusarte, sirveme a mi, y te recompensaré con algo mas que la vida... Dona tus habilidades a esta causa, y en nombre de tu aldea, ayudame a destruir Kumogakure no Sato-finalizo guardando algunas gotas de la sangre en un pequeño frasco, el cual guardé con cautela.

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रान्डिवू - C H A P T E R - IV - S L A V E

EL bosque estaba cubierto por un manto de calma, enmascarando el conflicto entre ambos individuos que el destino decidió cruzar. Los sonidos de grillos y bichos se acentuaban entre esa tranquilidad engañosa, creando una armonía que de alguna forma u otra, era placentera para los oídos de Noro. Su silueta ambulante recorría sin prisa el sendero abierto, vigilando en cada momento al hombre de cabellos grisáceos quien yacía cerca, a escasos metros de él y quien parecía haber llegado a un alto. El pelinegro no se alarmó siguiendo su trayecto, acompañado de la luna y su no-tan brillante luz, pues los árboles inmensos se encargaban de oscurecer su vía.

El reencuentro no fue tardío, dándose en un lugar específicamente tenebroso, que a pesar de ser espacioso, era predominado por árboles caídos y rocas que servían como obstáculos. Noro se encargó de examinar el campo, asegurándose que no estuviese en una trampa. Su sentido sensor le dictaba que no debía preocuparse, además de verificar que ningún chakra ajeno al de ambos se encontrara cerca, por más mínimo que fuera. En ese momento no tenía noción de que pasaría, pero seguía tan animado y sediento como en un inicio, aunque su fachada no fuera una indicación directa de dicha emoción. Acostó su mirada muerta en el sujeto, fijándose que seguía en su caracterización. - Śiva. Te habías perdido. - La falsedad en el timbre fue dicha con resequedad, sin perder esa pizca de inmadurez al hablar. Una breve sonrisa acompañó el comentario, la cual se difumino al escuchar el llamado que aquel hombre decidía hacer a Jashin. Una amargura se propagó en los adentros del shinobi que representaba la hoja, apagando la llamarada que tenía instantes atrás. Noro, un hombre educado en la religión, reconocía perfectamente el nombre de ese ente al que invocaba y esa amargura fue provocada por el simple conflicto que el particular dios tenía con sus propias creencias. Pero estaba demasiado envuelto en su mundo, pues no estaba conciente de lo que esto realmente implicaba. Tan distraído quedó que no se dio cuenta del cambio de apariencia de su oponente, y del mismo modo ignoro por completo el comentario que realizó casi después, escuchando solamente ondas de sonido sin sentido. No fue hasta ese segundo que la guadaña paso libremente a pocos centímetros de su cabeza, que volvió adueñarse de su ser. Sus ojos se expandieron, quedando totalmente redondos al darse cuenta que podría haber muerto a causa de su estupidez, sintiendo el movimiento en el aire de la extensión del arma regresar a su estado comprimido, donde el devoto de Jashin se posicionaba.

El espectáculo no terminaría ahí, pues para su sorpresa, Noro vió al hombre crear un círculo en el piso con la sangre que había conseguido del arma. Le era bastante claro ahora que se trataba de un ritual. Su mirada llegó a un choque con la de él escuchando aquellas palabras amenazantes, las cuales para Noro, por ahora, no tenían sustancia alguna. El peli gris llevó el kunai sangriento a sus labios, y Noro observó cómo la piel le cambiaba de color, convirtiendose practicamente en un demonio. Estaba totalmente impactado por el suceso, le era casi glorioso el momento y no podía evitar sentirse sucio al adorar el desconocido rito. Pero sentía mucha incertidumbre al no saber qué sucedía, y las frases intimidantes donde el tipo lo reclamaba como su posesión no eran de ayuda. Activó un jutsu ligado a su inseguridad, pero desafortunadamente era demasiado tarde.

En el centro del campo una gacela hermosa cabalgó, saltando por los obstáculos con los que el terreno gozaba. La mirada de Noro percibió en una ojeada la piel teñida por sangre, localizando la pequeña herida que poseía. El animal se notaba nervioso, pero por alguna razón se quedó a medio campo, entre ambos adversarios. Una onda de viento sopló por el lúgubre lugar, divirtiéndose con la capa de Noro y el resto de su ropaje. Debido al espacio abierto, la iluminación de la luna llegaba a pegar justo en medio, donde el salvaje mamífero se encontraba. Y fue ahí donde todas las piezas del rompecabezas cayeron en su lugar. En un acto demencial el ser apoderado por aquel dios se clavó el kunai que llevaba en su mano, revelando la parte final de la corta obra que decidió actuar. Estalló completamente en delirio y Noro por primera vez, después de muchos años, quedó horrorizado. La gacela cayó muerta. Una vez más los ojos del pelinegro quedaron totalmente redondos, como si fuesen a salir de su cráneo y estallar. El mundo paró completamente ante él, congelando el tiempo y su circunstancia. Todo tenía sentido, pero ya no podía evitar su destino. Las carcajadas del hombre retumbaban en su oído, lenta y dolorosamente, cazándolo incluso en su pensamiento.

Cayó de rodillas, con la mirada ida. El viento sopló en su cara casi riéndose de él, expulsando fuera de su vista cada fibra de cabello. Partículas de tierra fueron alzadas, levantando una delgada capa de polvo en los alrededores. Vió en su consciencia todo lo que había recorrido hasta llegar a este punto, cada memoria perdida y todos esos seres que sufrieron a causa suya. A esto había llegado, este era el fin por el que tanto luchó. No hubo reacción de su parte, quedándose petrificado por bastante tiempo, analizando las variables de su situación. Llegó a equilibrarse emocionalmente a causa del mantra que repetía un sin fin de veces en su subconsciente, entrando a un estado meditacional interno que le ayudó a calmar el derrumbe que sufría. Duró más de la hora en esta forma antes de poder tan siquiera formular una idea clara y asimilar el camino que le esperaba.

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Desde su posición, cada parte corporal comenzó a gotear sangre, así como si estuviera derritiéndose. Sección por sección se desgastaba hasta quedar hecha completamente líquido, proceso que duró varios minutos en completarse. La sangre acumulada se transportó pausadamente por el terreno, esquivando las masas que llegaran a estar en su camino. Frente al sujeto la sangre surgió del suelo, coagulándose hasta formar cada detalle de la figura de Noro sin perder las características sanguíneas, inclusive el color rojo. Estaba a escasos centímetros de su cara, viéndolo directamente a los ojos sin parpadear tan solo una vez, muriéndose del orgullo en sus adentros. - La Hoja se declara en guerra contra la Nube el día de hoy. - No había emoción alguna en su tono, y sentía un vacío claro en sus palabras. Noro ayudaría al hombre realizar su cometido, con tal de vivir un día más, consciente que había perdido para siempre aquello que anhelaba más que todo en la vida: su libertad.

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Tema: Re: रान्डिवू {Rendezvous} Sáb Abr 11, 2015 6:18 pm

Dulce. Exquisito sabor. Siempre he admirado cualquier cosa que al contacto con mis papilas gustativas, disparen aquella sensación glucosa. Un té endulzado, una golosina, la victoria. Deslice mi lengua alrededor de mis labios. Degustaba el momento, la sensación, la victoria. Los astros se alineaban a mi favor, dándome una oportunidad extra de lograr mi objetivo: Tomar la cabeza de Kumogakure. Mis razones eran disparatadas. Que motivo podria tener un sepultero en tomar un trofeo tan delicado como este. No las hay. Un sepultero se rige simplemente por lo que su religión le dicta. La fé y devoción era su único sentido en el mundo. Pero digamos, que yo... No soy un sepultero cualquiera. Si, es cierto, perdi la cabeza hace muchos años atras, y con ella se fue mi razon. Pero; adquiri una nueva vision del mundo, y este seria el primer paso.

Coloque una mano sobre la mejilla del sujeto, acariciando suavemente hasta llegar a su menton. Levante un poco su rostro, para que sus ojos se encontraran directamente con los mios, disparando mi mirada desafiante esmeralda como una ultima alerta. Acerco mi rostro hacia el suyo, con mi mano en su menton desvio su cara hacia un lado, mientras voy desplazando mi lengua por su rosto hasta llegar a su oreja - Tu decision ha sido sabia... Tu recompensa, infinita. - Susurro y suelto su rostro, el cual quedo mirando hacia el oeste, en donde a lo lejos, se divisaban las luces de la ciudad, la cual pronto, ayudaria a iluminarse en fuego y destrucción. -Observa. Cuanta paz. ¿No te causa repulsion? Tantos pecadores reunidos, conviviendo, siendo supuestamente felices. - Continué diciendo. Di media vuelta y comence a dar unos pasos dentro del bosque, cruzando unos arbustos gruesos -Ven conmigo.- Digo sin siquiera voltear, solo indicando con mi dedo indice la direccion que debia seguir. Mi espalda ocultaba los movimientos que mis manos realizaban. Unos sellos necesarios para activar uno de mis jutsus favoritos.

El espectaculo fue breve, pero magestuoso. Las ramas de todos los arboles aledaños comenzaron a unirse, entrelazarse entre sí. Algunas otras salian de la tierra, como pilares de madera. Pronto, toda la vegetacion dio vida a una pequeña casa, con solo una puerta, sin ventana alguna. Recordaba vagamente a un corazon atado a las venas y arterias, que justo ahora eran las ramas que la mantenian pie. No hizo falta que advirtiera nada mas, solo comencé a caminar dentro de la casa, con una sonrisa demoniaca pintada como oleo en mis labios. Unos segundos despues, él ingreso. - Te parecerá un tanto absurdo, pero no deseo comenzar mi jugada a estas horas de la madrugada. - El lugar parecia sacado de un libro de satanas. Habian estantes y repisas de madera con cientos de frascos rotulados. Algunos miembros humanos, ademas de organos. Olores nauseabundos rondaban el aire, sobretodo a formol. Habia una gran marca demoniaca pintada en el suelo, seguro el sujeto sangriento la reconoceria rapidamente, pues era la misma marca con la que logre comprar su lealtad a cambio de su vida.

Al fondo, una estatua negra en forma de carnero humanoide espantaba a quien observara muy seguido. Justo en frente de la misma, habia un caldero enorme metalico, el cual se calentaba gracias a leña y cepo. Tome un enorme cucharon, y servi parte del menjurje en unas copas bastante desgastadas. Una rama hizo llegar una de las copas a mi invitado, mientras yo ya habia degustado todo el contenido. - Es elixir, te recuperará - Advierto al sujeto, antes que llegara a pensar que por su aspecto nauseabundo y su olor repugnante se tratara de algo nocivo. - Solo está hecho de algunos sesos y viseras, con mucha sangre de jabalí. - Rei un poco mientras me acercaba al palido sujeto, iluminado apenas por las tenues velas y candelabros de la choza. - Las formalidades no son mi fuerte, pero puedes llamarme Undertaker...Taker, de cariño. - Digo mientras me acerco, intentando nivelar su rostro con el mio. Con un dedo separo sus desordenados cabellos de su rostro, quitandolos de su frente para verlo mejor. Su aspecto, su cara, su mirada... -Dime tu nombre...Si no te gusta, puedes cambiarlo ahora, pues sera con el que el mundo te conozca de ahora en adelante.- Mi voz era calmada, pero intimidante. En cada palabra se sentia la punzada amenazante que insinuaba "comportate o perderas la vida." Pero su cara, me intrigaba. Su mirada estaba sumida en muchos sentimientos oscuros y perturbados...*Que habras vivido anteriormente...* Me pregunté.

Jounin Ryous : 23500R Mensajes : 523 Fecha de inscripción : 26/12/2014

{ R E N D E Z V O U S }
रान्डिवू - C H A P T E R - V - H E L L

DESTELLOS corrían por el sistema nervioso de Noro, atacando al corazón y acelerando su latir. Podría estallar en un ataque de pánico en cualquier momento, llegar a una locura que sobrepasara sus ya elevados límites, abandonándolo en el desquicio total. Pero su aspecto decía lo contrario, o quizá lo decía todo, pues se notaba el cambio en su humor. En su presencia se sentía el vacío, y mostraba indiferencia a lo sucedido. Recibió el extraño acto del sujeto, posando en rectitud frente a él ya convertido en humano completamente. Su mano reposó en la mejilla de Noro, acariciándolo, y el pelinegro solo lo veía directamente. Ninguna palabra dicha, ni el más mínimo movimiento; apenas respiraba. Estaba hundido en esos ojos esmeralda que el ser misterioso poseía, de alguna forma u otra le recordaban a aquellos que tanto detestaba, los de su maestro. No podía abandonarlos, porque en estos momentos era lo único que irónicamente le hacía sentir tranquilidad.

El jounin de la arena siguió en su acto temible, llevando su alargada y rosada lengua a la mejilla pálida de Noro, como un felino cuidando de sus crías. Llegó a su oído, susurrando unas palabras que escuchó a la perfección. Cada sílaba, el movimiento de sus labios, de su lengua y aquel aliento que calentaba su cuello y erizaba su piel, ningún detalle se le escapó. Soltó de él y señaló a la aldea, a donde Noro atentamente llevó su mirada, siguiendo cada palabra que salía de su boca y visualizando una espantosa escena en su imaginación. No veía arder a la aldea de la nube, se trataba de la Aldea de la Hoja. Una media sonrisa se le coló, dándole un rayo de vida a su inexpresivo rostro; era realmente mórbido.

Giró junto con el hombre, quitando su mirada de la aldea lentamente mientras se movía. Se quedó atrás de él dando acortados pasos, atento al movimiento de chakra de la madera que trabajaba para crear una estructura poco conservadora. Ahora estaba temblando, pero no a causa de lo que veía. El pelinegro ingresó a la casa peculiar a la señal que le daba. Estaba más decir que el lugar poseía cosas preocupantes, pero no era algo alarmante para Noro cuando él mismo poseía un hogar fuera de lo ordinario. Es más, le parecía interesante. Había mucho que ver: frascos con organismos de todo tipo, órganos, marcas, esqueletos, calderos. Todo un circo. Se le dificultaba mantener la mirada en un solo objetivo, y le era bastante atractiva la estética que transmitía. Tomó la copa que le ofrecía, bebiendo su contenido sin pesarlo en un solo trago, mientras escuchaba la descripción que le daba. Sus uñas comenzaron a rasgar la copa rápidamente, la cual quebró en su mano después, liberando sangre por las cortadas que ocasionó. La misma comenzó a flotar en hilos coagulados que se desprendían de cada herida. El rostro de Noro había cambiado drásticamente. Vió con una sonrisa perversa su mano herida, sacando los cristales rotos con la restante y arrojándolos al piso. Llevó aquella lesionada a su rostro, encajando superficialmente las alargadas uñas negras en su mejilla ocasionando hendiduras en ella. Su ojo carmín se asomó de entre los dedos iluminado por una vida enteramente diferente. Embarró su cara de la sangre que derramaba por el acto y empezó a reírse descontroladamente levantando la cabeza un poco para que su visión quedará hacía el techo cubierto de ramas. No podía contenerse, había detonado.

Om Kreem Kreem Kreem Kalike Kleem Kleem Kleem Sarv Shatrunaam Praharya Bhanjaya Maraya Visfotya Kleem Kleem Kleem Kreem Kreem Kreem Phat

Murmuraba las mismas palabras sin desviar su vista del techo extendiéndose a once rondas, riéndose de forma perturbadora entre cada frase. El hombre finalmente se presentó con su nombre, llegando a Noro y tomando su rostro para nivelarlo junto al de él, removiendo la mano en su cara y posicionando la suya cerca para quitar los mechones de cabello que caían como cascada. Noro se le quedo viendo en confusión, como un animal sin camino. Con las miradas entrelazadas escuchó su llamada. Su pupila crispaba, examinando con el ojo enloquecido todos esas imperfecciones que formulaban su faz. Esperó segundos antes de contestar. - Noro… - Replicó, recordando que la falta de apellido era a causa de su secuestro. Las oraciones del ahora introducido Undertaker eran intimidantes, pero no era eso lo que le provocaba obedecer, sino más bien todas aquellas similitudes con su creador. Desvió su cara hacía un lado, rechazando después de tiempo al peli gris, ahora más estable. Dio media vuelta y tomó dirección al hueco de la ventana creado por la grieta de la madera. Al llegar se reclinó en la abertura, tomando a sus amplias la luz de la luna. Reunió su cabello nuevamente, atándolo con un hilo que sacó de su manga, y al terminar se dispuso a cocer con otra parte del hilo y un senbon las cortadas en sus manos. Una hilera de cruces quedó encarnada en su piel, corriendo por toda su mano diestra. Al terminar observó la tranquilidad en el bosque, inhalando el aire fresco. Frente a él se visualizaba la aldea a varios kilómetros, pacífica y dormida, poco sabían ellos que ardería en un infierno al llegar el amanecer.

Spoiler:

Tema: Re: रान्डिवू {Rendezvous} Miér Abr 15, 2015 1:50 am

Me mantuve aislado, observando el comportamiento de Noro. Me intrigaba. Nunca habia visto un sujeto tan misterioso, incluso me atrevia a decir que mas que mi persona. Sin duda alguna, queria verlo en accion. Deseaba despertar sus mas oscuros instintos. Esto podria ser lo que ella y yo habiamos estado buscando todos estos años, ¿Podria ser....?. Mis expectativas crecian a cada minuto. Deseaba con ancias observar su desenvolvimiento. Poco me interesaba ahora mi mision, todo habia dado un giro, inesperado para mi. Pero, realmente afortunado.
Terminé de tomar mi té caliente. Observando las actitudes de Noro, distante. No hacia falta recordarle el hecho que seguia siendo mi prisionero. De hecho, aun desconoce el pequeño detalle que rodea mi ser, el hecho que soy un ser inmortal, que nada puede acabar con mi vida, esta maldicion con la que he nacido, la cual he trascendido a una bendición divina.
Mas temprano que tarde, el cielo comenzó a tornarse gris. Aclarando sus matices en cada minuto que transcurría. - Es hora Noro. - Me acerco hacia el, colocando una mano sobre su hombro. - Demuéstrame tu lealtad, tu deseo de vivir, libera tus instintos mas oscuros...Sé libre.- Me mantuve a su espalda, mientras las ramas que convergian entre si comenzaron a separarse. Cada objeto era enrrollado por la madera, e introducido en la misma, la cual poco a poco se torno de nuevo en lo que era... arboles.
Nos encontrabamos los dos, en medio de espesa bruma. Inmoviles. Acerco mi boca a su oreja nuevamente. -...No me decepciones...- Susurro, mientras aprieto su hombro con fuerza. -Sigueme. - Levanto mi mano derecha. De la tierra emerge como una bala mi guadaña. Acomodo mi sombrero de punta, y comienzo mi caminar hacia la entrada de la aldea. Una sonrisa pintaba mi rostro. A unos pasos de distancia, Noro seguia mi ritmo, lo vigilaba de cerca, nada podía salir mal.