Eu, no recuerdo el mapa... asi que pls, obviemonos por esta vez la aldea secundaria. Okz? ok.

.-El camino habia sido bastante largo. Las montañas comenzaron a divisarse a lo lejos. Poco a poco apareci entre las aladeras montañosas, sin nadie a la vista que pudiera divisarme. El lugar era desertico, no era una ruta muy transitada, ni habia pueblos aledaños. El lugar perfecto para cometer un crimen dirian. Avance, En mi espalda una guadaña de huesos y metal, en mi mano un rollo pergamino. Como buen medico, el color y aspecto de miles de hierbas eran tan reconocibles como los dedos de mis manos, asi que a lo lejos divise una pequeña planta. Con la mano libre, rebusque entre mi bolsa un pequeño frasco, tome la misma con mucho cuidado intentando preservar su raiz. El pais del rayo y sus montañas era el huerto perfecto para hierbas medicinales y mortiferas, y esta pequeña es el elemento que me faltaba.

Realice una serie de sellos. Una cabaña emergió de la tierra, en medio del bosque y las montañas. Ingresé dentro y prepare todo. Debia ser perfecto.

-Aciid si me sigues, la casita impide que me ubiques. solo sera un momento e.e xD-

- Continuación -

El proceso fue rapido, pero habia consumido toda la madrugada. Pronto amaneceria. Prepare un pequeño equipo medico. Algunas jeringas, unos pequeños dulces y unas kunais. Con rodilla en tierra, realice un pequeño ritual a mi dios. Su figura yacia en una estatua de madera en medio de la habitacion, sobre el gran pentagrama que proporcionaba mis poderes. Habia pasado ya bastante tiempo... Creo que me encuentro un poco oxidado. Que pasara cuando deje correr sobre mi la sed. Debo contenerme, y asegurarme de cumplir mis objetivos. Culmino los preparativos y me dispongo a continuar mi marcha, tomando un vaso de un liquido color zapote, bastante espeso, y con un aspecto asqueroso. Limpio mis labios y arrojo el vaso. Al salir de la cabaña, esta se desarma en pilares de maderas que vuelven a incorporarse bajo la tierra. Poseer un laboratorio movil era una de las mas grandes ventajas de mi kekkegenkai.
Diviso el norte y continuo mi camino entre la falda de las montañas, a toda velocidad.

(mm espere por si Kanon arreglaba lo del viaje pero pues no paso)

Noro no entendía porque el hombre se encontraba en el país del rayo. Quizá era parte de su plan, o solamente pertenecía a un pueblo cercano, incluso a la misma Aldea de la Nube. No se atormentó, siguiendo su rastro hasta donde lo llevara, pero por un instante lo había perdido. Le era imposible creer que se había percatado de su presencia. Sus métodos de rastreo e infiltración eran casi perfectos. Ahora se preguntaba si se trataba de un sensor como él, cosa que lo llevo a ocultar su chakra como defensa.

Actuaría con calma, y esperaría a tratar de encontrarlo ya que no podía haber desaparecido de la nada.