Bajo la tundra

Tema: Bajo la tundra Lun Abr 27, 2015 8:59 pm

El helado paraje parecía desolador, los pinales se extendían sobre si mismos arriba de los cincuenta metros, un espeso follaje era contrastante con los copos acumulados que resbalaban entre las ramas, amotinando cada tronco entre cordilleras fabricadas de nieve, las verdes praderas ahora eran campos de algodón congelado.

Esperaba justo en los limites del bosque, mis cabellos ondeaban con fuerza al ritmo del silbido tempestuoso. Me arrope con mi abrigo mientras tomaba asiento sobre una de las ramas, el olor de los pinos era arrastrado en la marejada invernal, acomode mi zapato al tiempo que realizaba algunos sellos, absorbiendo detalles con mis pupilas verdes cubiertas de negro metálico, - Es hora de que estén listas- dije en voz baja.

Una de mis pequeñas caminaba con timidez a lo largo la rígida madera, paciente tejía un hilo descendiendo de una rama a la otra, columpiándose entre las ráfagas de la tormenta, una nueva combinación de sellos fue ejecutada por mis manos, las siento levemente entumidas por la temperatura, adoraba ver el esmalte rojo moverse entre mis dedos.

Revise una ultima vez mis pertenencias, no quería dejar nada atrás, estaba lista para partir, -la ultima vez que estuve fuera, mi propia madre intento devorarme, creo que cualquier otra cosa no podría ser equivalente, aunque el mundo siempre puede ser mas mierda, siempre, recuerden esa lección bebes.-

Jutsus:

Spoiler:

Tema: Re: Bajo la tundra Lun Abr 27, 2015 11:21 pm

Pocos minutos separaban la rápida reunión de Tatsuya, con el presente. La mujer que había entablado una conversación con el artista, hacia gala de su titulo como Tsuchikage. En verdad la situación política de Iwagakure era peculiar en esos días. 2 Kages para dominar una aldea. ¿Que tan difícil sera dominar la aldea mejor fortificada del mundo shinobi, como para necesitar la dirección de los dos ninjas mas poderosos del País de la Tierra? Era algo que no se veía todos los días... Eso era seguro. Fuese como fuese, Tatsuya Shiba no era quien, como para opinar sobre esos asuntos. Al menos no por el momento. Quien sabe si en un futuro. Pues las arenas del tiempo fluyen implacables, indiferentes, ante los deseos del hombre. Jugando con sus vidas como le gustase. Divirtendose con sus desventuras; Y, de vez en cuando, dándoles un premio por su maravilloso desempeño en el papel de entretener a sus espectadores. Después de todo, hay que lanzarles un hueso a los perros de vez en cuando.

Je... Malditos marionetistas...

Al artista se le había asignado una misión de rango "A". Un rango destinado para shinobis Jounin; Sin embargo, Tatsuya había sido bendecido con una de estas misiones. Quizá su desempeño durante los exámenes Chunnin habían captado la atencion de los altos mandos de la aldea, quizá su distintivo estilo de lucha le había otorgado tal grado de reputación, así como también era posible que el hecho de ser una de las familias mas influyentes de la aldea, le haya proporcionado tal beneficio. Fuese como fuese, la razón era un tema secundario. El pelinegro debia enfocarse en cumplir con la tarea que se le había sido asignada. Lo cual significaba encontrar a su compañera, quien tenia los detalles de la misión. ¿Quien seria la mujer que le acompañaria hasta su destino?.

Eloane... Eloane... Eloane...

El nombre que la Sombra de la Roca le había dado a Tatsuya aun rebotaba por los pasillos de la memoria del joven Shiba. Intentando encontrar su cabida en algún lugar, sin éxito alguno. No había mas que hacer, que esperar a ver que es lo que el destino le tenia preparado al ilusionista.

Una nube de humo blanco de disipó en el tejado de un edificio próximo al demacrado despacho. Dejando ver la fina silueta de Tatsuya, quien mantenía bajo su brazo izquierdo, aquel expediente que se le había sido confiado por la mandamas de la aldea. Los ojos azules de Tatsuya le dieron un vistazo a la aldea. Desde tan prestigiosa altura, cualquier ciudad se ve hermosa. Sobretodo, una como el núcleo del País de la Tierra. El artista inhalo una gran bocanada de aire en un suspiro, como si el objetivo de este, fuera acabarse el oxigeno de sus alrededores, para finalmente liberarlo paulatinamente. Las piernas del pelinegro se flexionaron, para dar impulso a un salto que posiciono a Tatsuya fuera del tejado del edificio. El cuerpo del ilusionista caía, efecto de la gravedad, hacia el suelo. El ave que este había creado con anterioridad, regresaba bajo la protección de su amo, posicionandose bajo el cuerpo de este, convirtiéndose nuevamente en montura del artista.

El ave se dirigió hacia las afueras de la aldea, mientras su jinete estudiaba cuidadosamente el expediente que se le había sido confiado. *Itzuna Ryu... Con que así te llamas...* El desertor era nada mas, y nada menos, que el mas reciente oponente de Tatsuya. El artista se dedico a observar con cuidado sus habilidades, preguntándose si algún día le mandarían a traer de vuelta.

Varios minutos pasaron, hasta que Tatsuya sobrevolaba un bosque en los alrededores de la aldea. La nieve cubría con una lamina blanca todo lo que la vista le permitía al artista, incluyéndose a si mismo. El joven Shiba, cerro su ojo derecho, activando así, su ojo telescopico. Aquel maravilloso artefacto, creado por varios de los mas talentosos ingenieros de Iwagakure no Sato. La visión térmica fue puesta en marcha, al momento que Tatsuya se disponía a ver que había en ese bosque. Siendo una persona precavida, no le gustaría llevarse una sorpresa. El ojo telescopico detecto una presencia de calor a aproximadamente 40 metros del artista. La señal era débil, el clima entorpecia al dispositivo; Sin embargo, algo era seguro: El ilusionista no se encontraba solo ahí. El ave, que le servía de montura al artista, se dirigió hasta el punto donde el calor se concentraba. La velocidad con la que se movía el transporte aéreo causaba que una fuerte corriente de viento frío golpease el cuerpo de Tatsuya, haciéndolo estremecerse de vez en cuando por la temperatura.

Cuando finalmente el ave había llegado a su destino, Tatsuya pudo admirar con sus propios ojos a una mujer, en una rama de un árbol, de ese gelido bosque. El ave se aferro de una rama que se encontraba en un árbol, frente a la misteriosa mujer, mientras que Tatsuya haría alarde de sus cualidades como un caballero de la alta sociedad. El artista posiciono sus ojos sobre la mujer que se encontraba frente a el, y con elegancia comenzó sus lineas -Buen día, señorita. Mi nombre es Tatsuya Shiba. Me preguntaba... ¿Que hace una dama como usted, en un lugar como este?- Las palabras del ilusionista iban acompañadas de diversos ademanes, con las blancas manos de Tatsuya.

Tema: Re: Bajo la tundra Mar Abr 28, 2015 8:28 pm

La neblina gélida encrudecía el ambiente, mi vista se opacaba entre la tormenta intentando divisar los cielos, había sentido algo... El bosque presenciaría nuestro encuentro, cruce las piernas mientras me giraba en dirección contraria, podía escuchar su aleteo al acercarse. La tundra azotaba mi piel, apenas y titiritaba a pesar de la poca ropa que me cubría.

-Solo era un imberbe muchachito, en algunas ocasiones lo observe por la aldea, no tenía mucha información acerca de el, tampoco es que se me hiciera la gran cosa, bueno, bueno; Siendo sincera, nunca me había importado un carajo- su chakra no parecía alterarse, por lo que mantuve mi perfil bajo, su montura era extraña, claramente podía detectar su chakra amasado dentro de ese figurín blanco en forma de ave.

Los ventarrones cubiertos de la nevada sacudían violentamente el largo de mi abrigo, me miro determinado, el celeste de sus ojos brillaba tanto como el cetrino claro de mis pupilas haciendo contacto de inmediato, -¿Me está retando?- medite por un momento; Despreocupado se acerco lo suficiente para que la furia invernal me permitiera escucharlo. -Es determinado, sobre todo para su edad.... Apenas es un niño- Entretanto escuchaba sus palabras ser arrebatadas por el viento, contemple con descontento su figura, arqueando mi ceja en un ángulo muy prominente.

-Debo reconocer, pese a tu edad que tienes buenos modales- exclame al tiempo que el viento paró en seco, como si una paz inquietante apareciera al momento de hablar-¿Los Shiva ah? He oído historias... Pero no creo que sea correcto mencionarlas, mi nombre es Eloane, encantada- exprese con algo de recelo mientras me ponía de pie. -¿Pensabas que me encontraba en problemas? Lamento frustrar tu ímpetu, aunque es algo que las mujeres hacen con los niños de tu edad ¿Cierto? - camine en línea recta sobre la rama lateral a Tatsuya, parecían erguidas como el acero, -Linda, ¿Te la regalo tu papa? - dije mientras señalaba su ave de arcilla, sonreí levemente ante mi sarcasmo, pero tal vez un genio era lo que tenía enfrente, uno que me seria de utilidad, especialmente para ahorrarme el tiempo aunadas a las contrariedades terrenales - ¿Crees que tenga espacio para uno más?- Espete de manera coqueta, sin miramientos di un salto a la rama donde el chiquillo se encontraba.

Lentamente me aproxime a su posición, su cabellera negra se encontraba agitada por la nieve, una sonrisa provocadora se dibujaba debajo de un carmín obsceno, -¿Cuántos tienes, catorce? Jhmm mis ojos están aquí arriba- reí despreocupada, saque un cigarrillo de mi estuche, esperando a que me ofreciera fuego.–Espero no seas muy mimado, de lo contrario no vamos a poder divertimos… Ja ja ja No, no, no pequeño, no es necesario que te pongas tan rojo, hablo de una misión muy interesante…. -

Tema: Re: Bajo la tundra Vie Mayo 01, 2015 6:12 pm

El frío invernal desgarraba con sus gelidas fauces aquel bosque, que era el escenario para el nuevo show que protagonizaba Tatsuya. Una misteriosa mujer. Un artista. Un crudo invierno. ¿La receta de una nueva alianza? ¿O... Los ingredientes para otro encuentro no tan amistoso? Las posibilidades ya se encontraban en la urna. Ahora era cuestión de suerte el orden en que sucedieran los resultados.

Que la rueda del destino, comience a girar...

El viento paro su rugido en seco, como si se callase para permitir el dialogo entre los dos shinobis que se encontraban bajo su dominio. Oh curioso y entrometido ente personificado... ¿Cuando dejaras de ser testigo de cada suceso en este mundo? Cuando cada alma haya dejado finalmente su vasija, ¿Que sera de ti? ¿Te retiraras al mismo lugar que todas tus fuentes de entretenimiento? O... ¿Seguirás vagando errantemente por ese desolado planeta, que en incontables eras te brindo un propósito?

Las primeras palabras, luego de la introducción, fueron tomadas por la dama. Dueña de aquellos labios rojos que llamaban a los mas carnales instintos de los hombres, como lobos atraídos por una presa fácil.

La dama comenzó el dialogo con un elogio hacia los modales de Tatsuya, quien estaba mas que acostumbrado a tales tipos de frases; Manufacturadas y distribuidas en masa por todo el mundo. Posteriormente adquiridas por todo aquel que quisiese poseer un vanal "distintivo" de superioridad social. Tanta etiqueta y tanto mambo para comunicar un mismo mensaje. Es un tipo especial de burocracia. Una especie de burocracia social. Tatsuya repudiaba este tipo de frases, dichas por personas indignas. Solo personalidades distinguidas, como lo eran los miembros de su familia, eran dignos de utilizar tales lineas con la propiedad que eran utilizadas.

Un piquetazo interno, azotó el cuerpo del ilusionista. Las palabras de la co-protagonista de esta presentación eran agudas, queriendo lastimar sutilmente el ego, pero manteniéndose al margen de la situación.

El artista comenzaba a cuestionarse el objetivo de esa conversación, cuando una sola palabra, atrajo nuevamente su atencion.

Eloane... Bingo. Una sonrisa se dibujo en el blanco rostro de Tatsuya, que ya estaba siendo bombardeado por las innumerables partículas de nieve que caían sobre el campo. El pelinegro había encontrado a su compañera, quien poseía la informacion de su misión. El cuerpo de Tatsuya se encontraba inmóvil, mientras Eloane de movía, cual araña, sobre las ramas, haciendo gala de sus atrevidos comentarios. Los cuales, mas de uno daban lugar a la doble interpretación.

Los múltiples comentarios de Eloane no tenían efecto alguno sobre Tatsuya. El ilusionista no se interesaba en las mujeres de las posiciones sociales menores a las de el. Eran indignas de la magnificencia de un Shiba; Sin embargo, este debía mantener una relación cordial con su compañera. Era la diplomacia que se le había sido inculcada desde muy pequeño. -Eloane, ¿eh? Estoy consciente de la misión que compartimos. La Tsuchikage me informo que una tal "Eloane" tendría los detalles de esta. Así que... Si. Hay espacio para una mas.- La cuasi indiferencia de Tatsuya era casi palpable. Como si el ambiente que experimentaban se hubiese fusionado con la personalidad del ilusionista para dar resultado a una fría manera de ser.

La mano izquierda de Tatsuya se introdujo en su respectiva riñonera para tomar un poco de su arcilla explosiva. Aquella... que era su principal herramienta ofensiva... Aquella que tanto amaba el artista... Aquella... Que era su motor. Como estaba destinada, la arcilla tomo la forma de un pequeño halcón, en los adentros de la boca artificial de Tatsuya.

La montura del pelinegro comenzó su aleteo, dispersando la nieve que se encontraba a su alrededor, y también, por consecuencia, haciendo sobrevolar los escasos ropajes de su compañera. El ave se elevo 5 metros sobre la rama en que se encontraba previamente. Tatsuya lanzo su figurin sobre la rama, que se torno de un tamaño decente, como para ser montada por Eloane.

Tema: Re: Bajo la tundra Sáb Mayo 02, 2015 2:32 am

El jovencito se mantenía circunspecto, como si las hormonas de la pubertad no lucharan por salir de su lampiña barbilla, acallada por las bajas temperaturas, guardando para sí mismo sus palabras junto al calor de su enclenque cuerpo. Había permanecido impávido, realmente no esperaba esa reacción, finalmente era un pequeño precoz que poco a poco tenía más de cerca mis pechos, -¿timidez u homosexualidad?- Antes de que continuara con sus oraciones, mis brazos se entrecruzaron sobre su cuello interrumpiéndolo, -shhh- respire levemente su aliento junto con esa loción; Almizcle del mediterráneo, con algo mas... Tenía un muy buen gusto a pesar de usar pañal. Aun le falta mucho para que pertenezca al verdadero "le monde social", no había sido capaz de notar las agujas que erguían mis pies, manufacturados perfectamente casi por al reencarnación de Jimmy Choo en temporada.

Mis pechos rozaron sus prematuros pectorales al momento de abrazarlo, casi podría jurar que el manto níveo que nos envolvía se convertía en agua resbalando por su frente, puede que el helado viento mitigara lo que mueve a cualquier hombre como perro, su asqueroso deseo, el cual no me costaba para nada despertar.

Sin embargo el muchachito no se detuvo, -lástima que no pude seguir con mi juego...- Al escuchar sus palabras mi semblante cambio dramáticamente, la sonrisa insinuante se volvió cruda como el invierno, sin llegar a abofetearle, gire su rostro con suavidad, apartando su pecho simultáneamente con mi otra mano libre, , -Vaya... ¿Así que Dayne te ha mandado eh? Ja ja- reí fingidamente mientras retrocedía, dándole la espalda al tiempo que hacia volar mi cabello con cierto aire déspota. -¿ Hmmm ¿Desde cuando tiene una guardería?, Deberías considerarte afortunado, si su cof cof novio cof cof no esta de buenas, nunca te hubiera encontrado ... - hice una ligera pausa antes de continuar - ¿Misión? Vaya, hace tiempo que no trabajo en equipo, "nosotras cazamos solas"- finalice de manera perversa.

Sin más, el adolescente mostró su técnica frente a mis ojos, unas extrañas bocas mascaban algo que saco de unas riñoneras, no era típico de los shinobis ese tipo de equipaje, pronto su artística forma se rebeló ante mis ojos, una pequeña escultura... Lo que aconteció después fue sorprendente, jamás había visto ese tipo de ninjutsu.

Su montaje original alebresto los aires, salpicándonos de la brisa polar, mi abrigo se levanto aferrándose a mis brazos, entretanto el topless y los ceñidos pantalones que llevaba quedaban al descubierto. No temía mostrar mi cuerpo, al parecer el niño ya no era tan niño, después de todo era como todos los hombres, mañonos. Abordo su ave al momento que lanzando la miniatura, una nube de humo se proyecto, fue arrastrada rápidamente por el céfiro, develando una montura voladora – Que interesante eres...-

Aborde el vehículo de arcilla, esperando experimentar que tan alto volaban, afianzada perfectamente con el chakra de mis pies, no quería ser tomada por sorpresa - ¿Y qué?¿ Vas a seguir viéndome, o me vas a enseñar que hacen estas cosas? ¿Vuelan alto? La única araña que había salido de mis mangas se hallaba pegabada a las ropas del joven shinobi, -Tranquilo, no te hará nada, venimos juntas– me volví, impaciente exprese.- ¿A todo esto, que es lo que te ha dicho Dayne? No pretenderás que una dama conteste a tus interrogantes de esa manera ¿Cierto guapo?, Se que eres un caballero... Espero no estés preparándote para una batalla... Tal vez la labia que emplea tu afamaba familia para apropiarse de las minas sea útil después de todo.- …

Tema: Re: Bajo la tundra Sáb Mayo 02, 2015 1:28 pm

Habiendole entregado una montura similar a la suya, a Eloane, era momento de partir. Tatsuya quería llevar a cabo esta misión lo mas pronto posible. Su ave comenzó su vuelo hacia la salida, pues su misión, suponía era fuera de la aldea. El ave en la que se había montado su compañera también elevo el vuelo, siguiendo a Tatsuya