Catacumbas de Kirigakure: CASCADA DE LA VERDAD

Última edición por Borsalino D el Mar Abr 07, 2015 4:24 am, editado 2 veces

Recuerdo del primer mensaje :

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Esta son las instalaciones construidas desde antaño por los fundadores de la villa oculta de la niebla, estos cuando consiguieron la información necesaria a la hora de adquirir un jinchuriki destinaron un espacio subterráneo de cara a dominara todo el poder del bijuu. El sitio solo es conocido por aquellos descendientes de los fundadores y el Mizukage de turno, pues solo los descendientes han guardado con recelo el jutsu sellador de las bestias con cola y la vasija donde se encierra al bijuu previamente.

No obstante los fundadores pensaron también en que estos salones deben de ser tan solo exclusivos para aquellos ninjas de Kirigakure, es por esto que la única entrada al lugar es mediante un pozo común en el núcleo mercantil de la aldea. El único método de ingreso es mediante la ejecución del jutsu suiton "Elemento Agua: Jutsu de Ocultación en el Agua", donde el futuro jinchuriki y sus acompañantes deberán de usar para bajar a más de 50 metros de profundidad y terminar al fin en la estancia, un jutsu simple que todo genin nativo puede conocer. Este es el único impedimento que pusieron los fundadores por aquel entonces, el uso exclusivo para verdaderos ninjas de la niebla.

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Como es lógico, estos majestuosos salones cuentan también en su epicentro con la llamada "Cascada de la Verdad" donde el jinchuriki de turno deberá de usar en su entrenamiento para dominar a la bestia.

Jounin Spoiler: Ryous : 500R Mensajes : 304 Fecha de inscripción : 05/01/2015

- ¿Acabar contigo? ¿Tu no te extirparías un tumor si lo tuvieses? ¡PUES LO MISMO DEBO DE HACER YO CONTIGO! – la copia entraba en cólera, pude ver como su mano agarraba con fiereza el mango de kentsue, abalanzándose a continuación sobre mí, lo que provoco ponerme en guardia empuñando bien fuerte katana y kunai, desplazándome hacía mi costado derecho para intentar ganarle la guardia. Algo que me llamó la atención por el rabillo del ojo fue lo que sucedía unos metros más allá, papeles y papeles inundaron el lugar, más sin embargo, estaban como estancados y se apreciaba que permanecían como adosados una superficie invisible, ya que estaban inmóviles y abiertos en su plenitud, algo raro pasaba más allá con Tyr. Pero debía de centrarme ahora en lo mío. Paré el ataque, ambos ataques, y el clon reaccionó de la misma forma, desactivando mi ofensiva, repitiendo trayectorias con las katanas una y otra vez, a una velocidad casi imperceptible para alguien que no fuera un samurái de rango alto, a la par lanzábamos ataques contundentes, capaces de desgastar cualquier brazo no acostumbrado a esto, me estaba dando cuenta de mis propias capacidades como samurái al contemplar lo que la copia podía llegar a ofrecer en un combate, la pena era que el combate era contra mí, yo contra mí más bien, y debía de empezar a obviar cualquier tipo de estrategia típica para ganar pues estaba más que claro que aquí no serviría, aquí ganaría lo inusual en una batalla, la palabra.

Mi cabeza maquinaba posibilidades para vencer, me era difícil porque era algo fuera de sí y nuevo para mí, pero no me quedaba otra que hacerlo – No te queda más remedio Borsalino, déjame poder cumplir mi sueño… Déjate aniquilar – las provocaciones del Borsalino oscuro eran constantes, pero el mismo sabía tanto como yo que tenía una mentalidad trabajada y de hierro, y que ese desgaste no iba conmigo, le surtía más efecto alargar y alargar el combate hasta que yo cayera exhausto, y conociéndome bien, era algo que seguro que contemplaba. Había que vencerle de la forma más inhóspita, dar con esa solución era lo que mi cabeza maquinaba – Para ya de decir tonterías y sandeces tío, el que tiene que abrir los ojos eres tu – hablaba, para ganar tiempo pero debía de encontrar la forma de ganar el encuentro y no tiempo, buscar la diferencia entre ambos, aquello de que a pesar de que fuéramos un clon del otros nos diferenciase…. Que podría ser, si ambos éramos una misma persona, un samurái con las mismas inquietudes con otro…. Ah! Pero no con la misma mentalidad… El clon no paraba de decir continuamente que debía de matarme para poder seguir su propio camino en solitario, pero yo durante todo este tiempo tendría que haber convivido con él, ya que si ha sido mi parte oscura, a la fuerza siempre ha estado en mi interior, y la que por lógica ha ayudado también a crear al Borsalino de ahora .

Seguía dándole vueltas hasta que dí con la palabra, aceptación, eso era lo que nos diferenciaba ahora mismo, la copia se negaba a aceptarme llegando al punto de hasta querer asesinarme, borrarme de la faz de la tierra para siempre, pero yo no debía de posicionarme con esa misma mentalidad en mi parte, debía de hacerle entrar en razón de que necesitamos el uno del otro para sobrevivir – ¡Para ya maldito pesado! Y escúchame joder – dije intentando hacer que la copia me prestase atención, que pausara su actitud desenfrenada de querer herirme – Abre la mente de una vez, y acepta que no puedes matarme, ni puedes ganar… pero tampoco puedo matarte yo a ti, ni ganarte – dije, mientras daba algunos saltos para atrás para parar las ofensivas y así de paso recobrar el aliento un poco, la copia parece que acepto esta pequeña tregua en forma de pausa – Discurso de un maldito perdedor, ven aquí y afróntame en vez de parlotear – dijo, pero en seguida le quise contestar - ¡No!, basta ya, despejo toda diferencia contigo pero a la vez saco una… Una sola cosa que nos diferencia, y es que yo si acepto que no somos diferentes - - Que coño estás diciendo ahora, estas como una cabra maldito necio – dijo, para a continuación volver a la carga, pero esta vez no sería igual, guardé a kentsue y esperé su ataque, aun con el kunai agarrado por si las moscas pero con una idea fija en la cabeza, finalizar el combate.

Y ahí vino, esperé unos instantes, clavé mis ojos en lo que el clon pretendía hacer y… cogí su mano, aquella que empuñaba su kentsue, parando su ataque, y sembrando en su boca un gesto de rabia, apretaba sus dientes y fruncía el ceño – Abrí los ojos yo al final si, como tu dijiste, para ya, pues hemos ganado los 2 – los ojos se le tornaron normales, estando en aquella posición a punto de cortarme en dos, con la mano restante en la espalda manteniendo la misma guardia. Poco a poco sentía que su mano se deshacía, y me fuerza aplicada en ella a minoraba, su gesto cambió al normal, pudiendo contemplar que su mirada, aún clavada en mis ojos ya no poseía un mal hacer. La copia se desmigaba hacia arriba, perdiendo cuerpo, tanto el cómo su kentsue, finalmente, el combate había acabado… Con victoria de los 2.

- No esperaba menos de ti Borsa…. Es lo mínimo que pido, el verdadero reto empieza ahora, ves preparándote – de nuevo las palabras del Sanbi hicieron acto de presencia en mi cabeza, hasta las echaba algo de menos – Pues que así sea, estaré preparado Isobu – aún recogía el aliento para recuperarme. Mientras recogía oxígeno, me acerqué hasta aquella gran masa de papeles que se aglomeraban, intentando apartarlos para ver a Tyr, cosa que no pude pues una especie de superficie lisa me separaba de tocarlos, era como una especie de cristal que nos separaba, ahora tan solo cabía esperar, a que todos los papeles desaparecieran y de que Tyr apareciera entre ellos.

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Última edición por Tyr el Miér Mayo 13, 2015 6:01 pm, editado 1 vez

Me encontraba allí, tirado en el suelo de mi propia vente siendo vencido por lo que parecía ser un clon mío sin serlo. Desde que comenzó la pelea, todo el área era un cúmulo de papeles sin sentido, parecían lienzos de un pintor sin comenzar, como si algo estuviese a punto de escribirse en ellos. En la izquierda se encontraban todos los papeles que no podían pasar a la otra parte de la zona, en la cual se encontraba la representación mental de Borsalino y su clon al igual que yo me encontraba con la mía en esta parte. Llevaba unos segundos tirado en el suelo, sin flotar sobre él hasta que decidí sentarme en el mismo mirándome a mí mismo sin estar ante un espejo. Parecía expectante, como esperando una acción de contra ataque, más de momento solo estaría allí sentado. Sin embargo, para más desgracia que gracia, no se quedaría quieto, pues ambos sabíamos que teníamos una mentalidad estratégica de gran calidad, por lo que él comenzó a lanzarme shurikens de papel a toda velocidad. Como antes había hecho, volvía a cubrir sus trayectorias con mis papeles sin doblar, pero no ocurrió lo mismo que en la otra ocasión. En la anterior, simplemente los papeles fueron empujados por la fuerza, pero en esta atravesaron dichos papeles, resquebrajándolos y haciéndolos pedazos. Gracias a que había concentrado una gran cantidad de los mismos justo delante de mí, no alcanzaron puntos vitales, pero muchos me cortaron los brazos y piernas. Varios de ellos cruzaron por mi cara, destrozándome las gafas de sol. ¿Crees que podrás quedarte quieto sin más conmigo delante? ¿Burda copia? Escuchaba sus palabras y él seguía lanzándome shurikens que yo seguía desviando de los puntos vitales de mi representación mental. La cantidad seguía y notaba lo que ya temía desde el principio, no disminuían en fuerza ni en número, todo lo contrario, cuantos más lanzaba, más aumentaba dicho número y más aumentaba su fuerza, o mejor dicho, más me fatigaba yo al defenderme y desviarlos. Vas a terminar muerto si sigues defendiéndote jajaja En ese momento, me vino a la mente un pensamiento descifrando su frase. ¿Morir? Acaso un clon puede morir, si ese fuese el caso entonces… En mi mente comenzaba a entramarse unas conclusiones que tal vez fuesen erróneas, pero que eran, según mi mente, correctas.

Esas conclusiones eran otorgadas por los puntos que a continuación se mencionan. Primero que todo, él apareció detrás de la cascada en mi mente, en la cual Kokuo me dijo que meditara y no me dio más información que simples pautas. Segundo, sus ojos no eran normales, eran oscuros, como si portasen unos ojos especiales, aunque no había demostrado tenerlos demasiado salvo por el hecho de imitarme en todas mis acciones. Tercero, las imitaciones, aunque eran imitaciones tenían más fuerza que las originales. Las imitaciones no deberían ser más fuertes, deberían ser exactamente iguales a las del usuario. Con esto llegue a la conclusión de que no podía dar lugar a su muerte, puesto que era más fuerte que yo. Él tampoco podría matarme realmente, si hacerme daño y destruir varias veces dicha representación mental, mas no acabar conmigo, es decir, no podría sustituirme. Y como última conclusión que saqué, era que las batallas que realizásemos eran inútiles.

Seguía sentado en el suelo, mientras él seguía lanzándome los shurikens de papel hasta que decidí echarlo a suertes. Decidí dejar que todos esos ataques me golpearan de forma casi mortal, evitando todos los puntos mortales gracias a mi conversión en papel. La verdad, el hecho de que me defendiese de esos ataques fue simplemente por instinto, dado que hace ya mucho tiempo no usaba la capacidad que me concedía mi habilidad innata. Como ya fue mencionado antes, dejé de evitar los shurikens. Muchos me alcanzaron en el pecho, otros en el estómago, mis puernas se convirtieron en un charco rojo y papel empapado y teñido del mismo color. Mis brazos también. Cuando el otro Tyr, el supuesto original se dio cuenta, cesó el ataque y me observó con cara de enfado, una cara de enfado aún mayor a la de antes. ¡¡Por qué te dejas golpear!! ¡¡Lucha!! ¡¡Intenta vencer a tu verdadero yo!! ¡¡Haz lo que querías hacerle a tu padre!! Sus palabras estaban llenas de odio y rabia. De su rostro comenzaban a salir lágrimas de rabia. Unas lágrimas de impotencia. Todos sus papeles se reagruparon junto a él, dejando parte de aquélla pared invisible, aquél cristal que separaba ambas mentes, dejándome ver por el rabillo del ojo qué ocurría, más no vi nada, porque no ocurría nada. No podía ver a ninguno de los dos Borsalino ni lo que hacían, podía pensar o que terminó o que luchaban en la parte que yo tapaba.

Sin importarme más ese hecho, volví a concentrarme en mi mismo. Observé sus lágrimas y produje una leve carcajada. Una carcajada discreta mientras intentaba levantarme del suelo, cambiando la postura de piernas cruzadas a apoyar una en el suelo mientras hacía fuerza con la otra y apoyaba mi mano en la rodilla de la misma. La sangre comenzó a brotar como si de una botella agujerada se tratase. Agh… ¿Has dicho que te hiciera lo que pensaba hacerle a mi padre? Mi respiración se aceleraba y mi visión comenzaba a nublarse por la pérdida de sangre en mi representación mental. Cuando conseguí erguirme por completo proseguí con lo que quería decirle a mi yo. Me tienes mucho odio… cough… eres algo que siempre ha estado dentro de mi y que se acentuó en el momento en que nuestro padre nos atacó… cough… Comenzaba a escupir sangre. Mi ropa estaba completamente teñida del color carmesí de ese líquido vital. Eres… aquello que más odio… no… No eres lo que más odio… Contienes todo ese odio en tu interior… eres parte de mi… todos aquéllos cúmulos de rabia, frustración y cough… Volví a escupir sangre. Si esto no acababa ya, mi representación moriría y el ganaría esta batalla, sacándome de la meditación y dios sabe qué pasaría en ese momento. …odio… No puedo matarte… ni tú a mi… En ese momento, la representación de mis sentimientos y pensamientos negativos comenzó a gritar de su propia frustración e intentó atacarme con Shusui, la cual el sí portaba, mientras que yo no, dado que antes de meditar la había dejado para que pudiésemos apoyarnos Borsalino y yo espalda con espalda. Él saltó, con la espada en ambas manos con la intención de partirme a la mitad, mientras yo, ante dicha acción, no realicé movimiento alguno, por varios motivos, el primero era que no podía moverme a gran velocidad dadas las enormes heridas que me había hecho, el segundo, que simplemente no quería apartarme. Si me mataba ahora, tal vez comprendería que yo no le odiaba a él. Justo antes de golpearme, desvió el ataque que iba directo a partirme en dos desde mi cabeza para golpearme en el hombro derecho mientras lloraba con más fuerza que antes. Yo, sin ningún remordimiento ni nada parecido, simplemente le abracé lentamente. No llores… no te odio… tú eres yo… yo soy tu. No quiero que sigas soportando toda esa presión sobre tus hombros… lo haremos los dos… La espada cayó al suelo por mi espalda él solo pudo decir una cosa. Perdón… Soltaba lágrimas como un crío y comenzó a desvanecerse. No hay nada que merdonar. Desapareció por completo, llevándose consigo todas las heridas que me había provocado.

En ese momento, retiré todos los papeles de la zona y observé cómo de dos Borsalinos, pasó a uno solo, como había hecho yo con mi versión malvada. Mirándole vi que sus ojos permanecían como siempre, por lo que le hice una seña de romper la meditación y volver al mundo real. Desaparecí de la representación y abrí los ojos en el mundo real. Parece que lo conseguiste, ahora viene lo más difícil, tendrás que enfrentarme. Kokuo parecía ansiosa, quería probar todo mi potencial antes de confiar completamente en mí. Esperé a que Borsalino dejase de apoyar su peso en mi espalda para levantarme y poder escuchar cómo, aquéllas puertas que permanecían cerradas tras la cascada, se abrían. Cruzadlas, entraréis en un estado de trance sin necesidad de meditar y tendréis que abrir la puerta. Se notaban sus ansias, antes no me habría ayudado de ninguna manera. Antes de atravesarlas, recogí la Shusui pasando por el lago de la cascada y la coloqué en mi espalda. Tenemos que cruzar esas puertas Borsa, allí dará lugar nuestra última hazaña. Fue lo último que le dije a mi compañero antes de cruzar la puerta junto a él.

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Jounin Spoiler: Ryous : 500R Mensajes : 304 Fecha de inscripción : 05/01/2015

Al fin todo acabo, pero fue extraño, pues aquella pelea parecía haberse creado de forma real pero en verdad ocurrió todo dentro en mi cabeza, como si estuviera en la estancia con el Sambi, real pero a la vez humo. Pero finalmente se había superado con éxito por ambas partes, recibiendo hasta la aprobación del 3 colas, e incitándome ya a pegarme con él, pronto llegaría ese gran reto, pero antes había que ir más allá de la cascada, atravesándola, donde tendría lugar la batalla contra él y quizás hasta con Tyr y el 5 colas, ya que antes establecimos una especie de conexión al batirnos con nuestras respectivas partes oscuras, quien sabe.

Tyr se levantó al igual que yo, recobrando también su verticalidad, nos sacudimos las ropas y miramos casi al unísono el agua que se precipitaba desde la elevación de suelo que teníamos delante, el pelinegro quiso recoger su katana mientras yo daba los primeros pasos hasta el umbral de la cascada, salpicándome con el choque de sus aguas mi túnica morada, palpaba mi cuerpo para analizar de que mi porta armas y kentsue estaba en su sitio, no quería que me faltara nada para lo que estaba a punto de llegar – Ahora sabrás de una vez todo lo que te espera, no tendré piedad si tengo oportunidad para joderte vivo Borsalino, a si que no bajes la guardia o te veras y meterás a la villa en un lio – la penetrante voz de Isobu se pronunció, aquella que era como si el propio océano hablase, una de las 9 mayores calamidades de nuestro tiempo – Llevo esperando esto desde que me lo aconsejaste Isobu, no me vengas ahora con el discurso para que lo recapacite, estoy decidido y preparado a hacerlo – le conteste a la enorme tortuga mientas esperaba a que Tyr volviera, el Nidaime Mizukage estaba listo a batirse con el Sanbi.

Se posicionó a mi altura y atravesamos el agua, levantando ambos uno de nuestros brazos para apartarla del todo, tocando con ello una especie de puerta con algunos grabados – Vayamos, hay que empujarlas un poco – le dije contestándole segundos después a que hablara él, ejerciendo presión con el brazo para abrir la parte que me correspondía, y adentrándonos con ello en la oscuridad mientras la puerta se cerraba conforme nos internábamos, finalmente, acabamos rodeados por la sombra total, no veíamos, tan solo sentíamos la presencia del otro que estaba al lado, escuchando su respiración, la tensión era más que palpable en el ambiente, pues estábamos ciegos literalmente ante el gran suceso que teníamos que presenciar.

En unos instantes las sombras se disipaban lentamente, emergiendo de ellas las puertas características que encerraban a las bestias con ellas dentro. Nos encontrábamos espalda con espalda, frente a nuestros respectivos bijuus, imponentes y agitados, como perros de presa enjaulados esperando a que los suelten para atrapar y desgarrar a la presa – Debéis de quitar la etiqueta de la puerta y después liberar el sello de vuestro estómago – aclaró el 3 colas – Bien – dije asintiendo a la par con la cabeza, no había mucho más que decir, más bien actuar, por lo que ambos nos dirigimos a los largos y dorados barrotes separándonos, y levitando posteriormente sin explicación alguna hasta un gran papel que pegaba ambas partes de la puerta, retirándolo y bajando justo después de eso – ¡Tyr! ¿Preparado? Abriré el sello mío ya, hagámoslo al mismo tiempo…. uno…. dos….. TRES! – señalé a mi mano derecha, alzando bastante la voz para que me escuchara, ya que me separé de él y no lo tenía expresamente de cara. Palpé mi vientre con las yemas de los dedos apareciendo en estos a los segundos una especie de llamita azul, giré unos grados la mano con un movimiento de muñeca como si del pomo de una puerta fuera, y con esto, el sello que tuve desde hace años empezó a cambiar, a tornarse negro por su centro. Acompañado de esto un sonido mecánico procedió de la puerta, una especia de candado circular bastante complejo y extraño se desplegaba sobre si mismo, hasta que desapareció por completo – Ahí viene…. – musité mientras las rejas que tanto tiempo albergaron al Sanbi, el bijuu marino de 3 colas se evaporaban dejándolo de una vez por todas libre, había llegado la prueba final – Bor…. Sa… li… no…… WOOOOAAAAAAARRRRGHHHHH!!!!!!!! – el estruendo se había desatado en aquella estancia que tantos años presencié, era la hora de hacerle frente.

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Por fin, el primer reto había sido superado, no sólo por mí, sino también por mi actual compañero de chakras externos, el Mizukage que compartía este destino desde hace más que yo mismo. Tras recoger la espada, nos dirigimos ambos hacia ese río de agua en altura que formaba una cascada. Ambos cruzamos bajo el mismo levantando uno de los brazos para cubrirnos de la fuerte caída de agua mientras cruzábamos para toparnos con aquéllas puertas de piedra con grabados en ellas las cuales empujamos, cada uno una hoja, para poder salir del agua y adentrarnos en la oscuridad total. Caminamos en esa estancia oscura unos cuantos pasos cuando de pronto, como si de una película de miedo se tratase, las puestas se cerraron lentamente hasta que el más ínfimo rayo de luz desapareció del lugar, dejando el lugar en la más completa oscuridad, más que antes.

Ahora, lo único que se podía escuchar era el sonido de nuestros pasos resonando con el eco del lugar junto a la tranquilidad de nuestra respiración. No era extraño para nosotros, personas con bastante experiencia, mostrar ningún indicio de estar alterados por estas cosas. Nos detuvimos, sintiendo la tensión en el ambiente hasta que de un momento a otro, la oscuridad comenzó a alejarse, desde nuestras espaldas hasta la infinidad del entorno donde nos encontrábamos, como si una luz estuviese creciendo entre nosotros sin haber nada. Mientras dicha oscuridad se alejaba, comenzaba a mostrar las puertas que se veían en la colisión de mentes, pero esta vez, ambas se encontraban frente a nuestros ojos, la puerta del amigito de Borsalino se encontraba a mi espalda, pero cuando su monstruo con cola habló, no pude girar la cabeza y ver con el rabillo del ojo cómo era. Una tortuga con un escudo que superaba más aún su caparazón, tapándole incluso la cara, algo excepcional. Las palabras del Sanbi eran claras y concisas, debíamos quitar el sello para poder abrir la puerta, aunque eso ya lo había deducido en un anterior encuentro con Kokuo. Antes de realizar acción alguna, miré a mi amiga, que se inclinó, acercando la cabeza a la puerta y traspasando los barrotes levemente con ella. Ha llegado la hora, espero que des lo mejor de ti. Le sonreí mientras mi mano se separaba de mi cuerpo para tirar del sello al mismo tiempo que la otra abría la gabardina y apartaba la camiseta para colocarse sobre el sello. Si, lucha con todas tus fuerzas Kokuo. Parecíamos amigos a punto de combatir en lugar de enemigos que quieren matarse para tomar el control del uno sobre el otro como parecía que pasaba con Borsa y la tortuga.

Al son de la cuenta de mi compañero, tiramos de los sellos y giramos el susodicho que estaba incrustado en nuestro abdomen, provocando que éste se volviese negro completamente y el sonido mecánico comenzara a sonar. Los engranajes comenzaban a moverse, primero lentamente, para luego aumentar de velocidad de forma gradual, comenzando a abrir las puertas. Cuando estas se hubieron abierto por la mitad, Kokuo, la bestia de cinco colas, el ser con más energía en estos momentos, sonrió y rugió fuertemente. Fue un rugido tan fuerte que sería capaz de reventar los tímpanos de cualquiera que estuviese cerca, más no era un técnica ni nada parecido, era su fervor por la pronta batalla. Las puertas se abrieron completamente y desaparecieron como lo hizo aquélla oscuridad que nos rodeaban hace prácticamente nada. La batalla comienza. Grité con entusiasmo mientras ella comenzaba e emitir unos sonidos que parecían los de una risa aguantada. Alrededor suyo comenzó a mostrarse una misteriosa niebla. La temperatura comenzaba a subir, provenía del cinco colas, al mismo tiempo que sin previo aviso, una enorme cantidad de agua comenzaba a inundar el suelo. Debía de ser el Sanbi, simplemente su aspecto delataba que usaba el agua a más no poder, pero era simplemente una suposición, ya que ahora mismo estaba ocupado con mi bestia. No podía quedarme estático, por lo que actué rápidamente no sin antes avisar a Borsalino. ¡Estaré en el aire, atacaré desde allí, te avisaré cuando piense en una estrategia efectiva! En estos momentos, unas enormes alas de papel habían crecido en mi espalda, mientras mis piernas se habían convertido en papeles y yo ya había recuperado la mano de la acción anterior con la puerta. Salté con fuerza para ascender en el aire. ¡No te acerques a la niebla! No sabía el por qué realmente Kokuo había comenzado a emitir niebla, pero esta no lo hacía para simplemente intimidar, esa niebla debía de ser muy peligrosa. El vuelo había comenzado, pero como suponía, no lo haría sin problemas. De pronto, las colas de ambos monstruos comenzaron a abalanzarse sobre mí. Varias venían a la vez, pero puedes esquivar prácticamente todas, excepto una de las del Sanbi, que atacó a traición. Por suerte al estar convertido en papeles, simplemente me reagrupé, pero noté que había perdido algo de fuerza, como si me hubiese chupado energía con el golpe. Giré para mirar a ambos a la vez, al cinco colas y al tres, viendo cómo estos recuperaban sus colas y la tortuga comenzaba a reírse. A mis espaldas se observaba un ente con mi mismo aspecto sin las alas, subido a mi espalda. No sabía exactamente lo que era, pero debía de usarlo para poder obtener todo lo que Kokuo era.

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Jounin Spoiler: Ryous : 500R Mensajes : 304 Fecha de inscripción : 05/01/2015

La batalla vivía sus primeros instantes, sentía como algo empezaba a quemarse en mi interior, la adrenalina llegaba a cada punto de mi cuerpo, ya que lo que estaba presenciando era algo especial. Una batalla contra un bijuu no era algo que se presenciara todos los días, no era nada comparable a pelearse contra otro shinobi, ya que no se tenía un límite impuesto, pues la capacidad de destrucción de una bestia con cola era algo fuera de sí.

Por lo tanto era obvio que habría que emplearse al cien por cien, demostrar cada capacidad y virtud para asegurar la victoria, y que mejor que en mi caso que hacerlo con el arte de manejar un filo, es por ello que, desde mi antebrazo emergió un enorme pilar de energía, un flujo de chakra fuuton se alargaba hasta los 5 metros para acabar en punta y cobrar la forma de una espada de doble filo, tiempo que aprovechó Tyr también para mover ficha, de tal forma que se elevaba metros y metros a la par que me alertaba de la peligrosidad de una niebla lanzada por el gobi desde la retaguardia. Al mirar por el rabillo del ojo hacía lo que tenía detrás, pude percatarme como desde mis lumbares nacía una especie de clon mio con apariencia etérea, sin expresión alguna y quieto, la copia no pesaba ni hacía ningún gesto, era algo de lo que debía conocer su porqué.

Había que centrarse, una neblina peligrosa por detrás y el sambi por delante, todo esto acompañado de la tensión que tenía con el sanbi, un pulso acontecido desde hace años y en el que no quería perder. Entonces me decidí rápido, ya que el sambi también lo estaba haciendo, pues a pesar de que era un bijuu bastante lento(he ahí su forma de tortuga) este se enroscó formando una gran masa dura y peligrosa que rotaba desde su sitio, cogiendo y cogiendo más y más velocidad, empezaba a ser una gran amenaza tal magnitud, por lo que frenarla sería una idea estupenda. Corría hacia la bestia con sello en mano, preparando lo que sería una enorme barrera de hielo que emergería desde el suelo y algo que me catapultara, la enorme bola giratoria ya corría contra mi, recortando metros, la carrera hacia ella también me distanciaba de la niebla, impacto en 3… 2…. 1….

Del mismo agua del suelo, un enorme bloque de hielo curvo emergió, de varios metros de grosor y con tal temperatura que quemaría y disminuiría la defensa del 3 colas. La aparición de tal barrera iba acompañada de un salto mío, impulsado anteriormente por un pilar de agua desde mis pies, formando una trayectoria parabólica hasta colocarme 3 metros por encima del sanbi, y soltando mientras estaba suspendido en el aire una gran carga de aire con la espada que sostenía. El bloque no era todo lo resistente como para frenar el ataque, pero si que lo retardaría y cansaría, pero con esto y el impacto de aquella potente onda de choque, el 3 colas se desestabilizaría y recobraría su forma.

El estruendo del impacto se hizo notar, y bastante, desequilibrando tal y como predije a la bestia mientras caía sobre ella por la acción de la gravedad, empuñando aquella gran espada, que se contraía hasta los 2,5 metros aumentando su filo, su potencia y letalidad. Cargaba mi brazo mientras calculaba los tiempos y la distancia del impacto contra el sanbi, tomando cierta horizontalidad en la caída, esta vez probaría la resistencia del caparazón de la tortuga. No le quedaba tiempo de reacción pues casi me tenía encima, incapaz de verme por su forma solo quedaba intentar herirlo, pero de repente una de sus colas apareció como si la cola de una vaca contra una mosca se tratase. No tenía mucha maniobra que hacer, y tenía dos opciones, bien la primera intentando mellar el caparazón impenetrable del 3 colas y que su cola me jodiera, o bien una segunda intentando contrarrestar su cola con el golpe que tenía pensado hacer, sin tener de forma clara como de malparado iba a salir, era un suponer que mejor. Contacto en 3… 2… 1… Bastante desplazado, mucho, a uno de los costados del sanbi, intentando recobrar la verticalidad mientras viajaba por el impacto, que había sido grande también, sintiendo el golpe en el antebrazo y la muñeca – Puede que no te vea Borsalino, pero se cada movimiento que haces… ¡Empléate a fondo! -

Estaba claro que sería inútil medirme contra la potencia de isobu, frente a frente, pero era consciente de todo el arsenal que podía desplegar para vencerle y no había mostrado nada más que una parte de él. Pero debía de ganarle con la cabeza, buscar su punto flaco, un punto débil que ahora mismo tan solo se me ocurría uno, su parte escondida, su barriga, quizás ahí si que podría abrir grieta, quizás por ahí podría meter baza. Ejecuté un sello con ambas manos, ya que la otra quedó libre, apareciendo 2 clones míos, uno a cada lado, efectuando los 3 un mismo movimiento de forma sincronizada, agarrando el mango de ketsue y desenvainándola, ahora me emplearía en serio, tenía los medios y la estrategia, había que lograrlo – ¡ Ahora iré de verdad Isobu! ¡Preparaté! -

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El clímax de la batalla se acercaba nada más comenzar ésta, no era algo premeditado y destinado, sino la elección de dos de los cuatro combatientes. Una lucha de larga duración contra dos de las bestias más poderosas del mundo sería una locura, es más, simplemente el hecho de enfrentarse a ellas como ahora lo estábamos haciendo era la mayor locura que un simple humano podría estar haciendo. En estos momentos, me encontraba elevado el aire, siendo observando por Kokuo la cual estaba tramando algo con la niebla que generaba mientras yo permanecía atento también a las acciones de Borsalino, el otro loco de los combatientes humanos. Observé cómo el tres colas comenzaba a rodar sobre sí mismo y la niebla se expandía cada vez más y más, algo que no podía permitir. Gracias a mi dominio del papel creé tres clones de mi persona formados por dichos papeles y dos de nosotros comenzamos a crear papeles para enviarlos donde la bestia de cinco colas, haciéndolos girar alrededor y embutidos en chakra fuuton para hacer que dicha niebla se viese envuelta en un tornado de papeles y no saliese del agujero central de dicho tornado.

Mientras esto se acontecía, el tercero de nosotros, el yo real para ser más exactos y el cuarto, creamos dos shurikens de un tamaño colosal con una gran cantidad de papeles. Dichos shurikens aumentaban su filo sin aumentar el número de papeles que los formaban para ellos, más bien su filo era aumentado por la energía característica de eso que llaman ninjas, creando una zona difícil de ver que podía cortar prácticamente cualquier cosa. Una vez terminado eso, las acciones seguían su curso, el Mizukage impedía un ataque en rosca del Sanbi y Kokuo comenzaba a lanzar lo que parecían rayos de energía intentando liberarse del torbellino de papeles, más mientras los controladores de los mismos permaneciesen intactos, seguiría con la misma fuerza, sustituyendo los papeles quemados y desintegrados por otros nuevos. Por supuesto esto no era todo lo que había planeado, primero, crear una cortina de humo, segundo, crear una distracción, tercero, hacer que Kokuo golpease a la tortuga, al menos para hacerle perder concentración, cuarto, golpear con la técnica previamente preparada, quinto, capturar con el ente que había aparecido detrás de mí el ente que Kokuo dejaba ver tras cada lanzamiento de sus ondas de energía, lo que comúnmente se conoce como bijudama o bomba biju.

Era hora de comenzar con el plan, los shurikens comenzaron a rotar a unas altas revoluciones y se incendiaron como por arte de magia, creando dos ruedas cortantes y penetrantes con la temperatura del infierno que bien podrían evaporar el agua que se encontraba en la zona si estaban próximos a ellas. Kokuo no era tonta, más como no le dejaba ver mi posición actual ni la de los clones, le eran imposible que alguna de esas bombas de energía consiguiera llegar a los controladores de las acciones. El primer punto estaba completo, ahora tocaba el segundo. La distracción sería yo ni más ni menos. Mis manos las dejé para controlar la técnica mientras yo me desplazaba entre ambos gigantes al momento en que Borsalino, preparaba lo que parecía su último golpe, dada su gran concentración a simple vista. Al colocarme en ese lugar, aun flotando y medio deshecho en papeles, la cortina de humo se deshizo sólo en la parte en la que estaba yo, para que Kokuo reaccionara ante dicha provocación mientras el resto de papeles seguían controlando la niebla. Odio tus estrategias contra mí, sobre todo si implica que golpee a uno de mis hermanos. Sonreí mirando a través de las gafas de sol mientras veía como el caballo delfín preparaba su ataque cual toro a punto de dar su golpe. De pronto, se abalanzó a toda velocidad sobre mí con la cabeza gacha, dejándome ver sus cinco cuernos. En lugar de realizar una explosión de energía como antes, simplemente usaría su cuerpo para destrozarme. Sin embargo, cual corrida de toros, siendo yo el torero con el capote, simplemente le atraje hasta el punto de que su ataque no podría frenarse dada su velocidad. Fue un toreo, si hubiese público me hubiesen aplaudido dado mi arte. Kokuo siguió su camino cuando yo me aparté, no podía frenar dada la proximidad y el agua del suelo que hacían que se resbalase. Dicha cornada fue directa a impactar al lateral de la tortuga, prácticamente por debajo de su caparazón, pero golpeando en el mismo y, con el levantar de la cabeza del cinco colas para recobrar su postura, la energía fue la suficiente como para levantar por completo al Sanbi, dejando su parte inferior al descubierto.

Eso no era todo, el tres colas debía ser vencido por Borsalino y el cinco por mí, por lo que la técnica que antes había preparado fue lanzada al momento de dicho impacto. Las dos sierras ardientes pasaron por mi derecha e izquierda, haciéndome parecer el pregonero de una carrera ilegal dando el inicio a la misma. Sin quedarme parado, cuando estas sierras golpearon a Kokuo hice que estos se dispersaran en miles y miles de copias de las mismas pero más pequeños al tiempo que agarraba, con el ente, esa copia de Kokuo que salía cuando lanzaba sus técnicas como ahora con la cornada. Los miles de golpes fueron tan intensos que arrastraron el cuerpo real de la bestia varios cientos de metros, hiriendo de gravedad su costado, aunque aquí dudaba mucho que muriese. Ese ente, se quedó en el sitio y fue absorbido lentamente por mi ente, dando por finalizada la corta pero intensa batalla contra mi bestia interior. Unos tokens de madera cayeron sobre Kokuo, apresando sus colas y su cabeza, dejándole totalmente a mi merced. Has ganado, me ha gustado luchar contra ti. Se le veía sonriente y yo también estaba mostrando esa mueca. Con mi control sobre dicho hecho, simplemente levanté las cadenas de madera que apresaban Kokuo, liberándole. No hay necesidad de encerrarte, como te dije, ambos somos uno, si uno muere, el otro también, si un esta apresado, el otro también. No hace falta decir que somos amigos, ¿no? Kokuo no dijo más, yo simplemente sonreí y me deshice en papeles para colocarme sobre su cabeza. ¿Borsalino habría terminado con el Sanbi?

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Jounin Spoiler: Ryous : 500R Mensajes : 304 Fecha de inscripción : 05/01/2015

Tenía la táctica en mente, ya solo quedaba ejecutarla. Andaba algo alejado del lugar, lo suficiente como para poder tener una buena cobertura de visión, medía los tiempos, pero a la vez estaba pendiente del 3 colas, pues no me podía permitir que me la jugara. Cerca de los 20 metros era mi distancia con la ubicación de la tortuga, la cual se giraba y clavaba su único ojo en mi, él también tramaba algo, estaba seguro de ello y sabiendo que apostaría yo con algo grande, la orgullosa bestia con cola del océano no se iba a quedar atrás.

De modo que los 3 emprendimos a la vez una carrera contra Isobu, por el camino el filo de kentsue se alargó algunos centímetros en cuanto a su filo y longitud, quería mantener la mítica técnica del sable de samura activa para emplearla luego a fondo, pues iba a hacer falta. No obstante, pequeñas partículas de tonos claros y oscuros se arremolinaban en torno a la boca de Isobu, emitiendo un ruido intermitente, como si inflara un globo pero con otro tipo de sonido más energético, no era precisamente algo que se tomara a la tolera, aquella cosa que crecía frente a su morro me inquietaba, y a la velocidad con la que lo hacía, más. Pero sorprendentemente y como si de la nada hubiese aparecido, el 5 colas emergió desde el costado del Sanbi levantando todo él agua que cubría el suelo, una enorme masa en movimiento se dirigía con el 3 colas, arremetiéndole con violencia y levantándolo varios metros del suelo, esto provocó que esa esfera de energía se deshiciera, explotando en el rostro y haciendo que la enorme tortuga despertara unos berridos de supuesto dolor. Los 3 apretamos la marcha, vimos la oportunidad próxima ya que aquel impacto fortuito de la bestia de Tyr había solucionado en gran parte mis planes y problemas y era el momento de aprovechar dicha acción. Calculando distancias saltamos los 3 bastante alto, lo suficiente como para sobrepasar al bijuu de largo, y es que era irreconocible e inexplicable como dentro de aquel lugar este tipo de cosas podían ocurrir, tal salto seguramente fuera, sería muy difícil de aplicar naturalmente, empezaba mi movimiento para alcanzar el éxito.

Los clones se quedaron algo más abajo mientras yo subía unos metros más hacia arriba, después de esto todos caeríamos, no obstante me preparaba, llevé el brazo de kentsue hacia atrás, creando que el filo invisible que emergió de ella se alargara 4 metros de hoja y 4 metros de longitud, un autentico machete con la ventaja de no tener peso pero si de tener una alta capacidad de destrucción. Con la otra mano iba a ejecutar un sello, este sello provocaría que los 2 clones reventaran en el vientre de la tortuga, que a la par que caía daba algunos giros, tan solo había que prender esa mecha en el momento exacto - Si... no.... si..... no... si.... - contaba mentalmente, y dos terribles estallidos colisionaron con el cuerpo de Isobu, en su parte "más blanda" en teoría, mandándole y estrellándolo también contra el piso. Aprobechando tal rafaga acuática mantuve la misma mano para abrirla totalmente y extender el brazo hacia adelante, el impacto casi iba a ser inminente. Todo el agua que cubría las extremidades del 3 colas se endureció en hielo, hasta por la parte de su caparazón y colas, haciendo que la calamidad del mar se mantuviese fijo los pocos segundos que me hacían falta - Ahí va esto Isobu - me dije a mi mismo, mientras cambiaba la orientación de los brazos para asestar el golpe definitivo. El brazo que apuntaba hacia adelante paso a hacerlo para atrás, y el restante hizo lo contrario, trayendo consigo un tremendo haz azul intenso de dimensiones gigantescas. El poder de aquel ataque era inenarrable, pues había empleado bastante chakra y dependiendo de las dimensiones de la espada podía tener un mayor o menor poderío, kentsue tenía 4x4 metros de acción, algo descomunal y utópico para una espada corriente. Un majestuoso estruendo se hizo notar en aquel lugar, el poder de un Kage empleado para vencer a un bijuu.

Se desató grandes ráfagas de aire tomando como epicentro al bijuu hacia su alrededor mientras yo caía hacia la zona zero a la par que guardaba la katana y juntaba posteriormente las manos, colocando una sobre la otra. Me posé sobre el pecho de la inmóvil tortuga de cuclillas, tocándola con las manos, mientras aquella parte de mi se abalanzaba desde mi retaguardia hasta la parte de pecho que le correspondía, una gran superficie que estaba caliente y humeaba por su zona central. Quedaba rematar mientras aquella cosa recogía el poder del 3 colas - El golpe de gracia - musité ante la noqueada criatura, expulsando tras esto un gran torrente de chakra fuuton para acabar con la batalla, el chakra fuuton golpeaba y dañaba el vientre de la tortuga, terminando con toda probabilidad de que que el 3 colas recobrase un respiro y encontrara un momento para contraatacar. La energía arremetía contra la barriga y se dispersaba luego por los laterales y hacia el frente, incluso despegó mis manos de Isobu, el cual era notable que se estremecía mientras recibía el poder del jutsu, esto estaba finiquitado.

Finalmente cesó, dejando frente a mí una mancha oscura del daño que había provocado, mientras eso aquel extraño clon mío que brotaba desde la espalda aún seguía cogiendo chakra, amasándolo y almacenándolo en mi interior. Me levanté, caminé hasta la cabeza de la tortuga que aún seguía volteada, parándome en su extremo y mirando su inclinada cabeza, no se movía - Tampoco ha sido para tanto Isobu - le dije en broma, haciendo que este al fin reaccionara - No tienes porque quitarme más chakra... quitate de encima anda - dijo con una voz agotada. Haciendo caso de sus palabras bajé dando un leve salto hasta el suelo, por allí también se encontraba Tyr, separado de mi escena varios metros - Listo por aquí Tyr - dije mientras un ruido se levantaba a mi espalda, al pobre Isobu le costaba darse la vuelta como tortuga que era, y si no fuese por su 3 colas, sería una tarea algo dificil de hacer para él - Bueno mirame - dijo el 3 colas en primera instancia, recobrando el aliento - Esta bien, ganas... pero tampoco me he empleado a fondo para que lo sepas.... prefiero poner empeño en enseñaros a los 2 con la ayuda de Kokuo por supuesto en como crear una buena bijuu-dama.... de momento, choca el puño - dijo Isobu, alargando uno de sus brazos hasta casi mi posición, acercándome hasta él y haciendo caso de sus palabras.

El contacto se hizo, y con él mi cuerpo adquirió una apariencia extraña, extraña pero way, como si tuviese un traje de energía azulado que irradiaba poder, con extrañas marcas negras por algunas zonas del cuerpo, presentaba una imagen fabulosa e imponente, pero no tenía claro el porqué - Ahora el chakra de ambos es uno solo, no hace falta que me lo robes o me lo pidas, ya que a partir de ahora es el tuyo mismo también - dijo el 3 colas - Venga, vamos a ponernos con eso -

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El final para el combate de ambos humanos había dado a su fin. Por suerte o por desgracia, acabe ciertamente antes de que la batalla de Borsalino terminara y vi ese último golpe montado sobre la cabeza de Kokuo. Fue un espléndido, se pudo demostrar la gran habilidad de mi compañero de armas actual con el arte de las espadas, aunque dicho golpe fue agraciado por mi anterior retribución. El Sanbi parecía más atento a simplemente ver cómo demostraba su contenedor que era capaz de todo con tal de conseguir sus objetivos en lugar de como hizo Kokuo, dar todo a ser posible para que su contenedor se esforzara al máximo tanto mental como físicamente, tal y como me pasó a mi, pues yo era dicho contenedor. Tras dicho acto, el de conseguir todo el poder del monstruo de tres colas, Borsalino comprobó que yo ya había acabado y andaba observándole. Ya acabaste, nos ha costado lo suyo. Dije mientras saltaba de la cabeza de mi compañera y un manto, similar al de Borsalino aparecía. Un tono azul oscuro, con mi gabardina pareciendo estar quemándose en sus extremos, al igual que las mangas. En la cabeza se asomaban cinco tenues cuernos, dos frontales haciendo cuernos, uno bastante grande hacia la parte posterior y dos más junto a este último con distinto ángulo. Cuando toqué el suelo ya poseía el nombrado manto. Ya somos algo más que simples compañeros de armas, ahora compartimos nuestra alma hehe. Reí tranquilamente mientras Kokuo se levantaba. Di media vuelta para comprobar algo de lo que me había dado cuenta en mitad del combate. Kokuo, ¿qué era eso que me lanzaba mientras estabas en el tornado? Parecía que tardabas en hacerlo y tenía una gran potencia, tal como para destruir grandes partes del tornado. Kokuo empezó a reir y me miró fijamente para después volver a sentarse.

Antes de comenzar a hablar miró al Sanbi como si pareciese que ambos compartiesen la misma opinión. Esa es la técnica definitiva de un biju. Se llama bijudama y es una concentración de dos chakra distintos, el positivo y el negativo, 80% de uno frente al 20% del otro. Es difícil de controlar, pero ya que somos amigos, te lo enseñaré. Primero has de transformarte en mí, así que volveré dentro de ti y te hablaré desde ahí. El monstruo de cinco colas pareció volverse agua y entró por completo en mi cuerpo a partir del sello que había liberado anteriormente, el cual ahora permanecía en su forma original con una ligera diferencia que rompía el esquema del original. Una vez dentro, me dijo lo que debía hacer. Primero transformarme en ella, es decir, liberarla y quedar yo dentro del biju. Lo hice, aunque realmente fue bastante difícil en un principio, la primera vez ya comenzaba a acostumbrarme. Ahora tocaba entrenar la técnica estrella, la bomba de bestia con cola o bijudama para los amigos. El chakra positivo era fácil de reunir, era simplemente obtenerlo del chakra neutral, pero el negativo era algo más costoso dado su origen. En el primer intento, simplemente la bomba, al quedarse desequilibrada me explotó en la cara, golpeándonos a ambos, Kokuo y yo. Ugh, lo siento. Tranquilo, te avisaré cuando estés cerca. Para liberarla una vez la tengas, comprime el chakra y rómpelo por donde quieras que explote. Ante dicho consejo y ayuda no dije nada, simplemente proseguí.

Así fue señores, cómo tras muchos intentos de conseguir dicha habilidad, al final, mi biju, Kokuo me enseño a usarla correctamente, evitando así dañarme a mí mismo y a mi compañera de cuerpo. No sólo fue eso, sino que también aprendí varias estrategias y a usar el resto de habilidades que haber completado el modo control total del biju me otorgaba, como la capacidad de usar la niebla que antes había usado Kokuo en la batalla final, esa que evadí con un tornado de papeles impidiendo que saliese de un área concreta. Fuera del tema de la antigua batalla y sus detalles, había entrenado la mayor parte del tiempo tras haber vencido a Kokuo en una batalla que podríamos llamar justa en términos de número de combatientes. Ahora conocía el cuerpo de mi alter ego casi mejor que el mío, sabía que los cuernos tenían la mayor dureza conocida hasta el momento, superando la del diamante por varios cientos de veces. También para lo que servía ese cuerpo, era aerodinámico, obtenía una velocidad punta en muy pocos metros recorridos y también que podría usarse para nada a gran velocidad gracias a las cinco colas. En un principio, la transformación de biju no duró mucho, pero cada vez que la usaba duraba más y más, hasta que simplemente, podía usarla tanto como quisiera. Fuera del modo también mejoré en varios aspectos con otras habilidades y noté que tenía más fuerza y velocidad, notablemente con el manto y ligeramente sin él dado el enorme entrenamiento. También, cabe notarse que era capaz de realizar aquella técnica tan poderosa sin la necesidad de estar transformado en Kokou, simplemente con el hecho de estar en posesión de su capa de chakra avanzada podía realizarla con las manos.

Ya habíamos terminado, parecía que Borsalino también saldría conmigo de la sala, tal y como hicimos en primera instancia para ingresar dentro de la misma. La salida fue silenciosa, las puertas se cerraron a nuestro paso. Pasamos por la cascada, colocando una mano por sobre la cabeza para evitar una caída directa sobre la misma y que nos hiciese daño. Mientras caminábamos lentamente hacia la salida del pozo, tras haber descansado lo suficiente como para recuperarnos al cien por cien, observaba el camino para recordarlo, ya que no volvería a pisar este lugar en mucho tiempo o no lo haría jamás. Oye Borsa, no sé por qué me elegiste a mí ni como mano derecha ni como portador de Kokuo, pero te lo agradezco. Eres la primera persona que conozco en la aldea que confía completamente en mí, aún sin ser originario de la aldea. No dije más, estaba agradecido, simplemente seguí caminando, esta vez a una velocidad levemente mayor, adelantando al Mizukage para entrar primero en el pozo. Como habíamos hecho al entrar, realicé unos sellos y me licué completamente, entrando en aquélla tubería laberíntica que me llevaría directo a la aldea a la que ciertamente podría llamar hogar en estos momentos. Salí del mismo, volviendo a recobrar mi cuerpo, para observar el mercado desde aquél callejón del que yacían hasta ese momento papeles míos en la entrada, los cuales, volvieron a mí. Los jinchuriki de la aldea de la niebla, REGRESABAN.

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The chicken is done

Última edición por Borsalino D el Mar Jun 09, 2015 12:15 pm, editado 3 veces

Y el humano domó a la bestia, la venció, con el fin de conquistar su inmenso poder y adquirirlo, pero sin duda el poder ganarse el respeto de Isobu era también equiparable a poseer su fuerza, la fuerza del mar, la del inmenso océano que comandaba a gusto y desde el momento en que nació. La gran tortuga de 3 colas estaba preparado para impartir y enseñarnos junto a su hermana algunas de las técnicas que poseen, técnicas con las que se caracterizaba cada bijuu, técnicas que quedaban más que lejos del alcance de la mano del humano sin la ayuda que requería, sin la sabiduría y la destreza de la bestia de la cual es portador o portadora. Es por esto que se podría decir que tanto Tyr como yo ahora mismo eramos verdaderos privilegiados por poder experimentar tal hecho, hecho que nos habíamos ganado justa y limpiamente por derrotar al bijuu que cada uno guardaba dentro, por lo que el contrato digamos verbal que teníamos cada uno debía de cumplirse por parte de las bestias, nos las habíamos ganado.

Ahora solo quedaba que ambas recuperasen un poco el aliento, me dirigí hacia Tyr dedicándole una mirada de complicidad devolviéndomela con un grácil comentario, pues el noble tipo que hice mano derecha tiempo atrás para ayudarme en tareas de Mizukage, aun sustentando el rango chunin había derrotado a su bijuu, algo admirable y épico. Quedamos uno al lado del otro poniéndonos en frente de nuestra respectiva bestia y esperar sus instrucciones, nos esperaba algo tedioso seguramente, pero si habíamos conseguido derrotarlas, poco nos podía frenar de ahora en adelante.

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- Si... sin duda esto une - le contesté a Tyr, aparentando ser como una especie de deidad al igual que él, me encontraba en un estado insólito para mi, pues a pesar de tener tal experiencia, nunca pude experimentar esta sensación. Estaba subido, controlando un poder en mi interior que permitía poder hacer cualquier cosa, casi cualquier cosa, había conseguido romper la puerta que me cerraba el camino a conquistar y domar algo ilimitado, pero que por fin conseguí.

Mi aspecto era difícil de describir, portaba una especie de traje llameante azulado con detalles blancos y negros que no desprendía calor junto con una especia de placas a modo de semi armadura que se asemejaba a la apariencia del caparazón del 3 colas, sin olvidar mi piel, que también tenía ese tono y dejaba ver trazos verticales similares a la piel del bijuu. El sanbi esperaba, pues pretendía con la ayuda del 5 colas enseñarnos tanto a Tyr como a mí, como realizar la bijuu-dama de la que hablaban, una técnica que al parecer requería un esfuerzo máximo pero que a su vez tenía un poder de devastación colosal.

Nos instruyeron a ambos, exhaustivamente, aprendiendo a como amasar el chakra en las cantidades exactas que nos indicaban las bestias, a manipularla, controlarla y finalmente usarla con un fin. Largo tiempo costó, era demasiada energía por controlar, demasiado chakra, un poder inestable pero con una capacidad para destruir asombrosa, pero habría que usarla razonadamente, o quién sabe, tal vez no. Finalmente aquello se completó satisfactoriamente, costó, pero se consiguió pulir y ejecutar correctamente siendo un logro total, como también lo había sido toda esta experiencia, ahora tocaba salir ya de aquí - Bien Tyr, salgamos ya de aquí - le dije al de mi quinta.

La oscuridad de nuevo nos invadía hasta el punto de reinar en la totalidad, de nuevo nos consumió hasta el punto de que no nos veíamos, pero una fina línea vertical de luz calida y parpadeante apareció, acompañada con el sonido del agua precipitándose, haciéndose más ancha y dándonos la salida de aquella sala mística - Si te digo la verdad, pensaba que ni de coña llegarías a esto borsa, no subestimo tu fuerza pero creía que esto superaba a cualquiera... mi respeto tienes - dijo el 3 colas ya desde dentro - Me gusta escuchar eso viniendo de ti - le conteste, sonriendo levemente en señal de satisfacción. Al fin fuera, ambos jinchurikis cruzamos la cascada para tomar el mismo camino que nos condujo a ella, recogiendo de paso la kubikiribocho pues la dejé antes de enfrentar el entrenamiento, entrenamiento que me había otorgado todos los poderes de isobu, desde crear y ejecutar la gran bijuu-dama hasta sentir cada ser de mi alrededor, era un gran plus.

Tomando el camino llegamos hasta la charquita donde acababa, donde brotaba el agua de aquella cañería que conducía a las catacumbas - Ya no volveremos más por aquí Tyr, por suerte - dije antes de descomponerme en agua y moverme entre el chorro de la tuvería que se unía con el agua de mis pies, ascendiendo rápidamente, siendo uno más con el agua hasta acabar llegando al pozo, haciendo saltar la tapa del pozo y desbordándome por su borde hasta tocar suelo, como si fuese el exceso de agua que se derrama de un vaso, recobraba por segundos me aspecto habitual desde la base de mis pies, llegaba la hora de retomar la villa, había que moverse.

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The chicken is done

Fase 3 Modo Control de Chakra del Gobi
-Aprobada-

Fase 3 Modo Control de Chakra del Sanbi
-Aprobada-

» Espadas de Kirigakure
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