El acceso a la Aldea de la Roca es muy limitado, puesto que la misma está ubicada entre montañas de increíble poderío, lo que da a la aldea una defensa natural muy efectiva. Para poder llegar hasta los alrededores hay que atravesar un área rocosa de aproximadamente 20 km de extensión llena de montículos de roca muy irregulares. Estos montículos se alternan entre sí, dejando entre ellos muy poco espacio. Si se cruza a pie, y sin conocimiento previo del terreno, puede llegar a confundir a quien los atraviesa, haciéndole perder el sentido de la orientación y este puede estar allí por horas y horas, antes de poder encontrar una salida.

La única manera de pasar por allí sin riesgos es sobrevolando el terreno, a una altitud por encima de los picos de roca, ya que si se vuela muy bajo se puede salir herido gracias a las puntas afiladas de los montículos.