Alice Abernathy Jounin Ryous : 8700RMensajes : 531Fecha de inscripción : 22/12/2014Edad : 29 Tema: Cuartel General Kyoshi. Lun Feb 23, 2015 4:39 am C uartel General Kyosh i .
Avanzaba por lo más profundo de su gigantesco despacho, estaba por entrar a uno de los lugares a los cuales casi ninguna persona tenía acceso y a la cual solo él y claro, los miembros que componían aquel grupo que se encontraban en esa sección, conocían el secreto para llegar allí. Hacía ya mucho tiempo que no pisaba aquel lugar ni que hablaba con las personas que se encontraban allí, pero el momento había llegado, su plan avanzaba y necesitaba de todo aquel que estuviese disponible a sus órdenes, las necesitaba. ¿Pero quienes eran estas personas?, se hacían llamar las guerreras de Kyoshi, cuya única misión u objetivo eran acatar las órdenes del Kazekage al pie de la letra, el castigo por el desacato o el fallo de la mismas era castigado con la muerte, de fallar, eran desterradas en ese mismo momento, lo sabía, pero algo más, de fallar su código les obligaba a esconderse en un lugar donde nadie pudiera encontrarlas y suicidarse, para así resguardar todo secreto que estas poseyeran. Pero había una pregunta aún más importante, ¿Quién era Kyoshi?. Kyoshi había sido una gran ninja de alto rango, proveniente tanto de un poderoso clan como de una poderosa y rica familia, se decía que era una de las más poderosas ninjas de la aldea y que esta, junto con otros shinobis de alto rango, habían ayudado a construir lo que hoy se conocía como la aldea escondida entre la arena. Durante un tiempo ayudo a equilibrar y mantener el mismo equilibrio tanto dentro de la aldea como fuera de esta, cosechando lazos entre las aldeas con el fin de salir beneficiados, tanto esta como los demás, creyendo que podía crear estabilidad en el mundo ninja y vivir en total armonía. Durante el tiempo en el que fue participe de las decisiones de la aldea, había propuesto grandes cosas con el fin de cambiar y mejorar la aldea, desde crear nuevas estructuras, hospitales, academia shinobi y hasta la creación de un centro policial para que se encargara de los conflictos internos. Además, si bien creía en la paz, sabía que una guerra podía desatarse en cualquier momento, por lo cual propuso y creo una organización secreta entrenada por ella misma que pasaría de generación en generación y que serviría al rey o regente de aquellas tierras sin importar cuales fueran sus órdenes, estas eran las guerreras de Kyoshi. Esta pequeña organización fue aún mucho antes que los anbus, por lo cual prevaleció con el pasar del tiempo, también por las habilidades, la herencia, el legado que Kyoshi les había dejado. Un dato muy importante de aquella organización que Kyoshi había creado había sido que las integrantes de esta solo podían ser mujeres, aun así, nunca se supo el verdadero motivo de aquella elección. Se dice que Kyoshi había sido elegida como una de las candidatas a convertirse en Kazekage de la aldea de la arena, pero solo semanas antes de que la decisión fuera tomada por completo, Kyoshi cayó enferma y en tan solo unas cuarenta y ocho horas de dolor y agonía, murió, por lo cual Sterben fue proclamado como el Kazekage. Después de caminar y caminar entre pasajes de su despacho al fin llego a su destino, tras un largo pasillo una puerta de acero de muy finos materiales y unos dos metros se alzaba, de un color verdoso con bordes dorados que hacían duda si aquello no era oro verdadero. Avanzo y abrió la puerta, un mundo totalmente nuevo se abrió nuevamente ante sus ojos, parecía como si hubiesen salido de la aldea de la arena, era una habitación escondida pero que aun así, se encontraba al aire libre, no poseía techo y era muy espacioso, tras esta, un gran lago se hacía presente con un puente de madera y más adelante, el pasto abundante que jamás había visto en aquella aldea. Y tan solo a unos cuantos metros más, se alzaba una gran cabaña de dos pisos con techo verde. ¿Y cómo olvidarlas a ellas? las guerreras de Kyoshi, tanto hermosas como peligrosas, entrenando como lo habían hecho durante toda su vida. Sus atuendos no habían cambiado en lo absoluto y reflejaban la viva imagen de Kyoshi, atuendos de color verdosos y largos como un vestido, llegando hasta el piso. Su armadura y los distintivos y pequeños abanicos que llevaban en cada mano y eran usadas aunque no se pudiera creer, como peligrosas armas. Y tal vez aquello que más las distinguía, aquel maquillaje que tapaba por completo sus rostros, de un color blanco, sus labios rojos como el fuego, al igual que una sombra rojiza en sus ojos. Todo aquello no formaba parte de una simple estética, era más que eso, todo representaba algo en especial, todo tenía su significado. No tardaron más que unos pocos segundos en notar su presencia, definitivamente no estaban acostumbradas a las visitas. En cuanto esto paso, todas se detuvieron y rápidamente se arrodillaron ante él y agachando su rostro hacia el suelo. Zuki, tal vez las más joven pero aun así la más poderosa de ellas y la cual había sido nombrada como su líder tras el deceso de Kyoshi, hablo en nombre de todas las guerreras. - Es un honor tenerlo ante nosotras, Lord Kazekage - Dijo mientras levantaba lentamente su cabeza y miraba a Sterben directo a los "ojos", aquellos ojos rojos que sobresalían de su máscara y que no reflejaban nada en absoluto. Fueron solo unos segundos de silencio, dirigiéndose la mirada el uno al otro antes de proseguir - Nos alegra ver que está bien - Comento y siguió sin dejar pausa a una respuesta - Nosotras, las guerreras Kyoshi estamos a sus servicios, ¿En qué podemos ayudarle? - Pregunto con sumo respeto, esperando las palabras de aquel gran ninja que se encontraba frente a él, para ella, que el Kazekage se encontrara allí era un gran honor, que las hubiese elegido a ellas antes que a otros. - Tal como ustedes, comparto el deseo de Kyoshi por la paz, creo que el mundo debe vivir en total armonía, aun así, durante los últimos años algunas de las demás aldeas han impedido que esto pase, hasta el punto que estamos al borde del colapso - Explicaba sin mover un solo musculo de su ser - Conocí bien a Kyoshi, conocía sus planes y todo lo que iba a hacer en caso de que algo así se presentara, por eso estoy aquí, porque ustedes eran parte de su plan, plan el cual estoy siguiendo para traer paz a este mundo - Patrañas, era todo lo que este decía, poco era lo que en verdad conocía a Kyoshi y la verdad era que sentía un gran desprecio hacia ella, creía que sus métodos eran estúpidos y sus sueños solo eso, sueños que quedarían en el olvido, que nunca podrían realizarse, que simplemente eran imposibles. - Cumpliremos con cualquier orden que se nos dé, Lord Kazekage - Expreso con total entrega ante sus palabras, sabían que era su propósito de vida. En aquel momento solo tres de las tantas guerreras Kyoshi que habitaban en el lugar se encontraban allí, era justo lo que necesitaba, se acercó lentamente a cada una de ellas, entregándoles un pergamino a cada una el cual frente a sus ojos leyeron y destruyeron al instante. - Partiremos enseguida - Fueron las palabras de Zuki antes de empezar a caminar junto a sus dos compañeras que luego, tomarían un rumbo diferente. - Que el espíritu de Kyoshi las acompañe, jóvenes guerreras - Fueron las últimas palabras del Kazekage antes de que estas pasasen de él, a cumplir inmediatamente con lo que se les había ordenado. Simplemente no se podía ver, pero por dentro, una gran sonrisa maligna desbordaba en su rostro, todo iba de acuerdo a su plan.