El sonido del agua golpeando la superficie, aquella majestuosa caida libre, ese liquido vital recorriendo las montañas como si fueran venas llevando sangre, la tan famosa aldea de la cascada, no hacia falta mencionar porque era tan popular, aun en la oscuridad de la noche aquel sonido y la brisa humeda que el agua producia era tan refrescante, era un buen momento para retomar aquel asiento encima del caballo, mientras este tambien se refrescaba en las pequeñas pozas que se formaban.
- Ya falta poco, tendras un merecido descanso.
Acariciando el caballo a lo lejos se observaban unas luces como si fueran luciernagas, era el indicio de que lo que se habia acordado al salir de la aldea se habia cumplido con exito.